lunes, 19 de julio de 2010

EL SOLANO DE LAS COMEDIAS-PLAZA DE INTERÉS ARTÍSTICO-CULTURAL





“He aquí el tinglado de la antigua farsa…”
Vecinos y moradores/ acudid con alegría,
Porque triunfante subió/ hoy a los cielos María


El Auto de la Asunción de La Alberca es una breve pieza teatral propia de este pueblo salmantino. Se desconoce su autor y la época exacta en que comenzó a representarse, aunque todos los indicios hacen suponer que se remonta al Siglo de Oro de nuestra literatura.
Tiene como marco “El Solano”, un auténtico y natural escenario de las comedias con patio a modo de luneta, barandillas que sirven de palcos, balconajes, ventanas y antiguas argollas para colocar el toldo y las cortinas.
El tablado, tosco tinglado, se monta en el espacio libre de una calle; con cuatro vigas, veinte tablas y una rampa para que resbale el fumífero dragón; eso es todo…
En “La Loa” o “Auto de la Asunción”, se pueden distinguir dos partes; el introito o proemio que recita el pastor, que es una especie de “presentación” que está a tono con las circunstancias y, por tanto, puede recibir modificación.
Tras esta breve introducción sigue “La Loa” o Auto propiamente dicho.
“Desde que Lope estableció las tres jornadas o actos en las comedias, las funciones comenzaban con una loa. Las loas tenían por objeto “loar” no sólo la obra, sino la ciudad o pueblo donde se daba la representación. Se celebraba a los vecinos del lugar y se glorificaba al santo, bajo cuyo patronímico tenían lugar los regocijos populares”
El argumento del mismo es sencillo: Lucifer quiere perturbar las fiestas a María de la Asunción con un espantoso y horrísono dragón de bombas y cohetes que brotan de sus siete cabezas: los siete pecados capitales, que son las armas de Satán.
Si los siete capitales / tengo para mi resguardo,
¿qué puedo temer del cielo/ del mundo, planetas y astros?
Temed mi rabia sañuda / que os está amenazando
Con rayos y terremotos/ y toda suerte de estragos.
Y Satán, emborrachado en su loca soberbia, acecha, arremete e intenta espantar a unos romerillos que acuden a las fiestas del lugar.
Pero he aquí que un ángel, el Arcángel San Miguel, saliendo felizmente a escena, le impide sus perversos propósitos.
Escóndete, vil serpiente/ cesa tartáreo traidor,
Pues tengo siete virtudes/ contra tus pecados yo;
a los profundos infiernos/ ¡Vete, maldito de Dios!
Burdo mito, enredo ingenuo. Valiosa joya de arte popular. Y único resto, junto al Misterio de Elche –según el profesor García Boiza- de los Autos Sacramentales en España.
Acto seguido a “La Loa” y después de un breve descanso, los albercanos continúan su festín teatral. ¡Ahora la comedia!, la diversión preferida del pueblo. Y aunque los artistas del lugar intenten retocar el escenario, modificar el decorado y trasladarse un poco más a estos tiempos…(difícil es…)
El “Solano de las Comedias”, por nuestra parte sin duda –“Plaza de interés artístico- cultural”, sigue conservando su peculiar sabor. Pristina y evocadora imagen de la España medieval.
(Este artículo en parte recogido en el blog –lunes 28 de enero de 2008- y en El Adelanto de Salamanca el 14 de agosto de 1975)





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