lunes, 19 de septiembre de 2011

SIGLO XX-ÚLTIMOS AÑOS DE LA DÉCADA DE LOS SESENTA-III-


ÚLTIMOS AÑOS DE LA DÉCADA DE LOS SESENTA- III-
Vivir para ver, para aprender, para poder encaminarse, para no quedar anquilosado en la rutina de siempre; para descubrir caminos, romper muros y no estar sometidos al desafortunado apego al medio o al cojín . Vivir, para poder vivir, soñar, ilusionar. Para poder revivir, romper obstáculos y no dejarse llevar por la particular forma de ver y hacer de otros, que obligaban a encaminarse ya tarde. Es lógico que aquellos lamentables impedimentos produjeran apatía y desilusión.
Maleta, muda, tren, equipaje. Estación. Ir, subir, venir, bajar. Contrato. Billetes (¡de viaje!). Puesto. Salida. Vuelta. Emigración. Fábrica. Escuela. Taller. Trabajo. Suiza. Francia. Madrid. Sevilla. Bilbao. Valladolid. Maleta y ya con coche bastantes. Vuelta a salir. Y allí..., al fondo, el campo salamanquino, la Sierra de Francia. Al pie de la soberbia mole montañosa de La Peña , desperdigados en la llanura o profundos valles, los pueblecitos serranos de siempre, que empiezan a mostrar nuevas formas de renovación, menos labores campesinas, pero no perdiendo parte de la esencia de su tradicional y peculiar forma de vida.

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