jueves, 29 de agosto de 2013

PURO TIPISMO HISPANO: LAS CESTIPUERTAS Y LA SEÑORA DE LA ESQUILITA





































PURO TIPISMO HISPANO: LAS CESTIPUERTAS Y LA SEÑORA DE LA ESQUILITA.

Siempre hay ingenio para todo. ¡Y bien venido sea!
Resulta que ciertas tiendas de recuerdos en La Alberca se pasaron un poquillo y para transitar por la Calle del Tablado había que ir saltando de recuerdo en recuerdo.
Pero para eso está el ingenio.
Si en Candelario son típicas y muy famosas las batipuertas. En La Alberca algunas tiendas de recuerdos han ideado Las Cestipuertas.
No se trata que el escudo de la orden religiosa que preside el capitel se dedique a tales menesteres. Sino que aprovechando el resquicio de una puerta, que no se usa, se coloquen de modo que encajen lo mejor posible unas cestitas “made in albercan” que el visitante se puede llevar de recuerdo y el natural del país pueda emplear para meter la merienda el día de la romería o tener en sus casas colgadas en lo alto de la viga de la sala, con aquellos dulces que sean peligro de manos tentadoras.
 ¡Visitante, pregunte, elija y compare, las hay de todas las medidas, precios y ofertas!
Y si la cesta es albercana y está hecha con tiras de castaño no lo dude, son sin duda las más valiosas.

La señora de la esquilita, el farol y de indumentaria albercana es quien mejor le puede aconsejar.

Pero...¡Pase!
¡No se quede en la puerta!
Ya verá que al instante se le va a hacer la boca agua.
 Aquí se premia la inventiva.
¿Morcillas de chocolate?
Pues, sí. Como te lo digo “¿chocolate de morcillas?” (perdón)
Y si no te lo crees... prueba.
Así que, ya cantan los niños al ir a la escuela: "Chocolate/ molinillo./ Ese dulce/ me lo pillo. / A probar / y a probar/ ¡qué bien sabe / al paladar!".

 LAS RECETAS DE MARI LUZ

De tanto dar la morcilla
El chorizo, el farinato,...
Al mejor doctor se pilla
Que prohibirlo nunca es grato.

 ¿Qué te sube la tensión?
Verás que no es un dislate.
Ni te llevas decepción:
 ¡Morcilla de chocolate!

 Mas si el marido está mosca
Porque engorda y no hay escusas
Con obleas y una rosca
Ya seguro, le engatusas.

 ¡Tate, niño, tate, tate!
Si me dicen..., no lo creo.
Pues, sí, porque ya lo veo:
¡Morcillas de chocolate!

(Para mejor chocolatear, a la última foto ¡clic!)


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