viernes, 29 de noviembre de 2013

EL AYUNTAMIENTO POR DENTRO Y VISTAS DESDE SU BALCÓN








































EL AYUNTAMIENTO POR DENTRO Y VISTAS DESDE SU BALCÓN

Merece la pena, además de conocer en La Alberca su patrimonio religioso, adentrarse también en sus edificios de uso público o municipal. La Casa Consistorial está ocupando un lugar privilegiado en su Plaza Mayor. Las señas de identidad son fáciles de adivinar y tras las mismas la placa que distingue al pueblo con el trato de Ilustrísima que concedió el rey Alfonso XIII en su visita a esta localidad y Las Hurdes. Recordamos antes de su actual reforma, los bravos y atrevidos que eran aquellos escalones por los que era preciso subir a sus principales dependencias situadas en el primer piso y no comprendemos, cada vez que nos viene a la memoria que un toro subiera por los mismos y originara las desgracias que causó en su balcón que da a la plaza.
Recientemente, como decimos anteriormente ha sido reformado todo su interior con gran acierto. Si te animas a visitar tan singular edificio te encontrarás nada más entrar con la escultura que homenajea al gran pintor Ismael Blat que gracias a sus gestiones y a través del Marqués de Lozoya y un grupo de albercanos y amantes de la localidad que actuaban con gran entusiasmo, se logró la concesión de ser el primer pueblo de España que tuviera la distinción de Monumento Nacional.
Viendo la escultura de Ismael Blat me vino a la memoria aquellos tiempos de chiquillo que veía a don Ismael con mi padre pasear y charlar por las calles de La Alberca. Con su aspecto regordete y sus singulares gafas. Decían que pintaba desnudos en la Ermita de san Blas y a través de sus rejas los chiquillos mirábamos por aquel entonces, pero nunca tuvimos la suerte de ver algún desnudo, sí un carro fúnebre que nos alertaba a salir corriendo. ¡Éramos unos gamberillos!
A los Ayuntamientos generalmente se va a buscar algún papel, certificado, permiso o a pagar los correspondientes impuestos. Pero si se va allí y se encuentra uno una mujer concejal tan agradable como es la hija de Santiaga y sobrina de nuestro amigo de infancia Martín, se aprovecha el momento para visitar la sala de plenos municipales con su mobiliario y decoración muy propio de la localidad.
 Hicimos estas fotos para dar a conocer su interior a quienes no han visitado y conocen los nuevos cambios. -Los niños y jóvenes de otras épocas si recuerdan aquel salón con barandillas dónde Don Luciano les vacunaba y luego se comentaba mirando los brazos “¡A mí no se me nota ná!”, o se les tallaba para ver quien se libraba de ir a África...-
Las vistas al exterior desde su balcón de la parte alta ofrecen una hermosa panorámica de la plaza, de su cruz, del teatro, del campanario de la iglesia,...
Terminada la visita se siente uno obligado a sentarse en los poyetes de su portal, junto a la cárcel pública,-hoy ya lugar anecdótico-.
Y desde allí a sentarse en cualquiera de las magníficas terrazas de los bares, donde se puede admirar detenidamente toda su Plaza Mayor, antiguas escuelas, teatro, Ayuntamiento, crucero con su fuente, balconajes, soportales,... y se puede, también, curiosear las entradas y salidas que hace la gente al pasar de un lugar a otro.

jueves, 21 de noviembre de 2013

RESTAURACIÓN DEL CUADRO LA MUERTE DE SAN JOSÉ





















RESTAURACIÓN DEL CUADRO LA MUERTE DE SAN JOSÉ
A través de Pedro Becerro y Francis Cilleros recibimos una presentación sobre la restauración del cuadro de la muerte de San José. La presentación ha sido realizada por Cosme Puerto.
Este cuadro que al parecer procede del convento de Batuecas, posiblemente de la época que los frailes abandonaron la finca, estaba colocado en la iglesia de La Alberca en la parte derecha de la nave delantera muy cerquita del altar mayor.
 Habíamos notado su ausencia pero no sabíamos que se había llevado a restaurar ya que estaba muy deteriorado por el paso del tiempo y las inclemencias de los fríos inviernos que se dan el La Alberca. Foto a foto nos va mostrando el proceso de restauración que es bastante interesante ver como estos profesionales van realizando este trabajo minuciosamente.
 El cuadro ha quedado en perfecto estado y en él podemos ver la representación de la muerte de San José. Cómo San José es acogido por el Padre Eterno, en presencia del Espíritu Santo.
 Le acompaña María, su esposa, con la presencia de Jesús, su hijo, que le bendice. Un ángel presencia el acto, otro le alivia para tener buena muerte y un tercero le entrega el símbolo de la castidad.
Magnífica presentación realizada por Cosme Puerto que tiene un gran interés para que se conserve el magnífico patrimonio que tiene la iglesia de La Alberca.
-Clic:  sobre el cuadro  para verlo en mayor extensión.

sábado, 16 de noviembre de 2013

ELEGÍA DE LA NIÑA RECOGE-CASTAÑAS



















ELEGÍA DE LA NIÑA RECOGE-CASTAÑAS
Son historias del ayer. Rutas que iban hacia un lugar que quizás no sea el que tenemos hoy. La ilusión y la esperanza siguen abriendo cauces.

¡Mira niña!
Cuando salgas de la escuela..
La llave bajo la puerta.
¡Sube! ¡Y no olvides el rezo!
¿Qué no está madre?
Te abrigas bien abrigada
Que eres joven y chicuela.
Ahora, vas por los caminos
Que no haya escobas ni estorbos.
¡Qué coma algo el “gurrino”!

Tapada como viejilla
Lleva en su mano un palito
Con el que da a la colilla
Que esconde y guarda el bendito.

En la izquierda una cestilla
Va recogiendo castañas
Que quedan por el camino
Con malas, muy malas mañas
Que las tiene “engarañadas”
Y sabañones dañinos.

Deja atrás el Arrol´Huevo
Sigue el sendero de arriba
Que lleva a otras cañadas
¡Quién sabría si adivino!

Mas de pronto algo nuevo.
Un hombre para a la niña
¿Esas castañas mozuela?
Las cogí, ¿ve?, del camino.
“Pos” yo te vi...-por si cuela-
Saltando por “el mi huerto”.

“Pos” que me caiga aquí muerta
Si es que yo he entrado en su huerto.
Y te advierto....
                          No me advierta
Que es muy ancho este camino
Y Dios no le ha puesto puerta.

-La zagala hila fino...-

“Pos “ ya me ve, soy despierta.

Toma, te doy tres cebollas
Dos reinetas y tres peras
Para que tenga la olla
Algo dentro y también fuera.

" A luego",dirá mi madre:
¡Niña! ¿A quién lo has quitado?
No dirá. Pues, hoy, tu padre
¿Ves? Conmigo ha trabajado.

Se merece un buen jornal
Ya que tú me has enseñado
Una lección muy cabal:
“Que no nos falten caminos
Caminos y buenos modos
Que enseñan sin desatinos
A compartir lo de todos”.








miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL CAMINO DE LA CORREDERA





















EL CAMINO DE LA CORREDERA
Los caminos dibujan líneas y rectas y son huellas del tiempo; pisadas de piedras y polvo, sentimientos.
De los muchos caminos que hay en La Alberca, este de la Corredera que parte justo al lado de la Ermita de San Antonio hasta ir perdiendo el trazado o algún regato que lo atraviese, y llegar allá a la profundidad del Hoyo, es uno de los que más me agrada por lo transitable que es.
El primer tramo, el trozo paralelo que quiere competir con la que fue polvorienta carretera que  va a Salamanca, es un trazado cómodo formado a base de huellas y pisadas limpias.
Está limitado por unas paredes de piedra que te pueden llegar a lo alto de la rodilla o alzándose un poco más no te impiden ver los contornos o alrededores, cuadrados de huertos familiares.
Según pasas notas si la familia está en el pueblo o son demasiado mayores, para no poderles ir a dar una vuelta; hojas recientes en el suelo o de más tiempo; castaños, pequeñas nogales, manzanos, perales, cerezos, guindos,...
¡Mira en ese huerto hay un burro!, nada más  verte  se acerca, mueve la cola y se va.
Oteando el paisaje, según te mueves o te dejan ver algunos árboles, se ve la proximidad de algunas casas del pueblo. Se escucha el reloj de la torre, el toque de las campanas o si es día de fiesta el estampido de los cohetes. La Peña del Huevo contornea el alto horizonte que destaca la singular forma de la Peña de Francia.
La mayor tristeza la produce ese castaño, huesudo y seco que se llevó “la tinta”.
¿No recuerdas la gran cantidad de hojas que tenía? Y la gran cantidad de castañas que regalaba al camino o  a la carretera...Ese huerto era...si digo la Carambanera ¿estoy metiendo la pata?...Pues mira, déjalo.
En unos años perdió todas sus hojas, su último brote y rebrote; no pudo sobrevivir y  ahí está como un armazón que no vale ni siquiera para poste de la luz. Los pintores le miran al pasar. Los poetas esperan que cambie el cielo, el amanecer, el medio día, la nube tormentosa,... Es en la noche cuando la luna banquea aún más lo blanquecino que tiene su cuerpo para que el pensamiento ponga alas a la imaginación. Y si ves que pasa una bruja o te asusta una lechuza el pueblo está ya a cuatro pasos.
Pero es un niño cuando pasa al lado de la Ermita de San Antonio, sin  que nadie le vea, el que aprovecha el momento para tirarle una piedra, su amigo otra y luego él otra,...
“¡Ten “cuidao” a ver si  hay alguien por ahí escondío”! Y se echan los dos a correr, esperando a ver si un fuerte  temporal lo cae al suelo y tienen un estupendo escondite para sus juegos o un grandioso caballo de madera para poner alas a su imaginación.
Mañana aunque llueva, nieve o haga frío, volveremos a pasar por este camino de la Corredera  tan a mano y acogedor porque es un excelente paseo para todos los tiempos.
¿Y si viene una vaca, un perro o una moto? Difícil es, pero si así fuera, te subes a una pared y te echas a reír  un rato...












domingo, 3 de noviembre de 2013

SI YA TIENES PUEBLO: UN CRISTO









































SI YA TIENES PUEBLO: UN CRISTO

Hay personas que cuando nos escuchan hablar a los pueblerinos con el entusiasmo que lo hacemos, nos lo dicen: me gustaría tener un pueblo.
 Pues un pueblo no sólo es “donde se nace sino también donde se pace”, como muy bien dice el refrán. Y el pueblo no es únicamente de los que allí han nacido. Orgullosamente decimos somos albercanos, porque nacimos en la calle del Tablado nº 56, fuimos a su escuela, en época de mili gamberreamos,... Y luego ¡vaya usted a saber!... Las mil cosas que pasaron. Lo peor es que tuvimos que emigrar y quienes tuvieron la suerte o necesidad de quedarse allí cuando volvemos de vez en cuando, dicen: “no te has olvidado de tu pueblo”, nos miran y sonríen.
 Otros, los que vienen de fuera, como se dice en el pueblo; a base de ir y venir veces, se integran de tal manera que si no tienen pueblo ( es decir, no son del Tenebrón o de Santilejos, pongamos por ejemplo) llegan de la gran ciudad y se integran en la vida y costumbres del vecindario, terminan siendo más del pueblo que los mismos pueblerinos del mismo pueblo, los albercanos.
Integrados todos, ya somos del mismo pueblo y si a alguien le dicen: “albercano, cochino y marrano”, si se enfada peor para él porque en La Alberca hay buenos cochinos, marranos, jamones, embutidos, morcillas,.. que ya quisieran tener otros pueblos del mismo rango.
Si ya tienes pueblo, La Alberca. ¡Entusiásmate con todo su patrimonio! Las huertas serán de fulano, las casas quizás de mengano. Pero el caserío y el paisaje no es patrimonio de nadie, sino de todos.
Al igual que ese inigualable púlpito o el maravilloso Cristo de su iglesia. Verás como muchísimos turistas lo ven, lo admiran,.. Aunque quizás sólo seamos nosotros los del pueblo, los que en estos días de visitas de altares, los que más lo sentimos.
 No puede procesionar, su altar es permanente. Y desde el siglo XVI para acá puedes verlo, sentirlo, rezarle Y si quieres ¿Por qué no? Trovarle, cantarle.
Pero ¡ojo! que si lo hicieras mal y dentro de la iglesia podrían echarte, por eso es mejor que cantes en silencio o en tu blog que si trovas con respeto y devoción alguien podría alabarte.
Porque es, el Cristo de todos los Cristos, el Cristo de la iglesia de tu pueblo, el más Pueblo.
-CLIC,sobre la imagen para verlo con más extensión.

EL CRISTO DEL SUDOR

viernes, 1 de noviembre de 2013

RELATOS DE OTOÑO: EL CABRITO ASADO






















RELATOS DE OTOÑO:

                                EL CABRITO ASADO

No es palabra mal sonante / aunque se empeñe un chaval
 En repetirla -¡Y bastante!- / “Cabrito. ¡Vaya cabrito!
¿Es al guisado, o al parlante? /-¡Pues a mí, me importa un pito!-
Vamos al plato. ¡Tunante! / Que es un manjar exquisito.

 En compañía de Trini y Mari Puerto y en el mismo ambiente que tanto le agradaba a Don Isidro, el Boticario y padre de ellas, al calor de la lumbre de suelo, hemos mantenido este animado encuentro.
 Mari es la principal animadora de la charla y de sus anécdotas: lo hace con la misma gracia, arte y chispa de su padre y así nos fue respondiendo a las siguientes preguntas:

-Mari, además del Limón que me cuentas de otros platos típicos albercanos:
 El Cabrito asado es una de las viandas preferidas de los albercanos.

-Recuerdo que tu padre era un gran experto:
 Decía que era un manjar sabrosísimo y suculento. “Bocato di cardinalis” lo llamaba y la señora Minica, madre de tu amigo Pedro, que era muy alegre y chistosa repetía un dicho de La Alberca:” ¿Qué es lo que más le gusta a un albercano? Un cabrito asado y una misa cantada”.

 Las cabras- sigue contándonos Mari- parían en invierno, todas las familias tenían 3,4, 5,... que enviaban a la piara. -Ero, fue uno de los últimos pastores, ¿recuerdas?:

 Si. Los pastores las llevaban a los pastos comunales del pueblo. Cuando eran pequeñas y salían por primera vez, se las enseñaba a ir a la casa de los dueños. Para ello, estos iban a esperarlas con alguna golosina, un puñado de sal en la mano, que les gustaba mucho a las “chivinas”. Y luego ya en la casa les ponían una latita de esos envases de las sardinillas con castañas secas. Así aprendían a venir a casa.

 -¿Y qué se hacía en aquella época con los cabritillos?
 Solían venderse para sacar un dinero, que mucha falta hacía, para alguna necesidad o darse un gustillo. Por ejemplo comprar un percal o chambra que las madres confeccionaban. Las que no tenían máquina de coser iban donde las vecinas, por entonces todos se hacían favores mutuos.

-Nos vamos a la cocina, mientras Trini prepara su relato:
“Nos sentábamos alrededor de la lumbre de suelo en unos tajos que poníamos cerca del hoguero. Era Don Isidro quien se encargaba de colocar los leños y atizar las brasas, tenía unas buenas tenazas y un soplillo bastante eficaz”.

 Continúa Mari:
 La familia presenciaba el basado. Se pinchaba en un asador, utensilio de cocina alargado, de hierro, terminado en punta y con una arandela de hierro para colgarlo en la espetera. Se apoyaba en trípodes de hierro en forma de gallo. Quienes no tenían esa pieza lo apoyaban en el asa de algún puchero o perol, poniéndolo en diagonal sobre el suelo. Lentamente se iba asando con el calor de las brasas de la lumbre

-¿Y qué ingredientes se utilizaban?
 Solamente se espolvoreaba con un poquito de sal y se iba untando con un trozo de tocino para que la piel no se quemara. La carne era tan sabrosa que no necesitaba ningún ingrediente. Cocinar este manjar se convertía en una agradable velada.
 Te diré que no faltaba el vino peleón de la sierra y luego después se concluía todo este gran ritual haciendo una buena “calvochá”, las clásicas castañas asadas.























AUDIO EL CABRITO