miércoles, 11 de marzo de 2015

EN TORNO AL HABLA Y LA CULTURA POPULAR

EN TORNO AL HABLA   Y LA CULTURA POPULAR
Esta estupenda fotografía de Martín Cilleros, hijo de Pilar, nos sirve como motivo para tratar algunos aspectos de la cultura y el habla popular. Que en un pueblo se utilicen palabras antiguas, auténticas joyas del lenguaje que tristemente van desapareciendo y sustituyendo, a veces por anglicismos y modismos de habla más actuales. No quiere decir que se haya hablado mal, al revés es un orgullo su buena herencia y  el uso de las mismas.
Se habla mal cuando en vez de decir pechar, por ejemplo, se escribe “pechal”. Lo mismo podríamos decir de parva, de parvus pequeño y de ahí viene parvedad, parvulario,…Parva es mies tendida en la era y dispuesta para ser trillada. Parvo es pequeño  y  párvulo una monada de niño. Escribir “palva” es no decir nada, tener mal oído en la copia. La pronunciación puede ser más o menos llevadera, la escritura responde a unos cánones que se deben de conocer antes de utilizar el vocablo correspondiente.
Lo mismo sucede con “biendro”, desconocemos ese término. En La Alberca dicen y utilizan el bieldo, un instrumento para beldar o aventar la mies, formado por un palo largo con otro pequeño provisto de cuatro dientes o  puntas.
Hay muchas palabras del castellano que con el tiempo han caído en desuso, están como perdidas, pero un buen día pueden volverse a encontrar. Estos dichos, vocablos y frases hechas del vocabulario albercano guardan el tonillo, el deje o el acento como se quiera llamar, propio de nuestro lugar.
 No debemos de omitir el entrecomillado para distinguir dichos términos o también destacarlos en letra cursiva.
Andancio es una palabra ya en desuso que se utilizaba mucho en La Alberca para señalar una enfermedad epidémica leve.
Enriar es meter en el agua por algunos días el lino, cáñamo o esparto para su maceración. Si los pies en el agua del río los metía una moza –atinada forma de expresión-, ya le tocaría después ir a su madre a decirla que estaba “enría” por un descuido.
A ringar –separado- es derrengar, torcer, inclinar. Endilgar es acomodar, dirigir. Trashoguero con hache. Cuarterones,  cuarta parte, son  cada uno de los tableros  de las puertas y ventanas.
Guipar, vulgarismo, ver. Aburar, quemar. Faltriquera, bolsillo que se atan las mujeres en la cintura. Escardillo, azada pequeña. Escardar, entresacar las hierbas. Antiparras, gafas. Bandujo, serano, corretaje, capullina,…
Me encanta buscar en el diccionario palabras como: escanciar, degüello, coscorroneros, sahumerio, hornazo, colgaduras, amasar, albardas, albarcas, cuquear, anguarina,  zambulerio,…
“La Somá”, así se llama al cementerio en La Alberca, la palabra es de origen griego y significa cuerpo. Por tanto el término responde a su auténtica realidad.
Peromingo en sus altos vuelos por   las Peñas Tiritinas- así llamadas porque con el frío y el aire que suele hacer en esas alturas ¡a ver quien no tirita allí!- nos trova esto para hacerlo un poco más llevadero y no tan académico. Y así dice- imitando el famoso epigrama de Nicolás Fernández de  Moratín-:
Admirose un extranjero / al notar con qué elegancia
El niño en Sierra de Francia
Habla tan claro y sincero.

Si siendo parvo, es pequeño. / Parvulario había en su escuela.
Y parvas, que la mies vuela
Con el bieldo de su dueño.

Más de doscientas un año / se contaron en agosto.
Pequeñas. Hacían su apaño.
Y no eran de tanto costo.

Parvas y bieldo, bien dicho / Y si no entrecomillado.
No siendo por ser redicho
Que quedes por mal hablado.
Don Florindo, maestro de escuela que hace mucho tiempo que no sale por aquí quiere hacer también una trova de las suyas y se expresa así en torno a la actualidad.
Esto sí que a mí me extraña / que para hablar en Bruselas
Un político de España
Sólo sepa decir “pelas”.
Y “¡pelas!”,“¡pelas!”,… dando caña.

Y  repite  por si cuela / Sin “erres”. Y, más se ensaña.
Afirmando que  en España.
¡Cuántas más! Mejor te apañas.


-Las “pelas” era una forma cariñosa de llamar a las perras –no las hembras del perro- sino a las moneditas de menor valor que tenía nuestra inolvidable peseta.-


































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