sábado, 5 de marzo de 2016

PILAR MAGADÁN CHAO: IN MEMORIAM- VOCES BLANCAS SALMANTINAS-






































PILAR MAGADÁN CHAO: IN MEMORIAM
-VOCES BLANCAS SALMANTINAS-
Hay noticias que  uno no espera recibir nunca, como el fallecimiento de nuestra gran amiga Pilar Magadán Chao.
En ese mismo momento, te aseguro amable lector, los 1.723 metros de altura de la Peña de Francia se nos vinieron todos abajo. Igual también, que en ese mismo instante, sucedió el efecto contrario, los 1.723 metros de altura de la Peña, hoy están más altos, más cerca del cielo que nunca.
Y desde allí, desde el alto de su amado risco, se ha extendido el manto de la Virgen Morena vestida con Traje de Vistas por todas las inmediaciones cercanas. Por las calles de La Alberca que conducen a su singular plaza, donde hoy está tocando Sebastián Luis  “El Guinda” para que el pueblo no olvide la memoria de Pilar. Igualmente por las empinadas calles de Candelario, donde pasaba los veranos con su padre, contemplando las atrevidas sierras que circundan el pueblo y Pilar denominaba El Altar de la Virgen.
En tan pocas líneas, es difícil sintetizar su amplia labor tanto en publicaciones periodísticas como musicales.
 Estar con Pilar, gallega, serrana y salmantina de las sierras de Bejar, Candelario y Peña de Francia, era hablar sin descanso del maestro Dámaso Ledesma y sobre todo de Don Aníbal Sánchez  Fraile, musicólogo y gran organista de la catedral de Salamanca, que había sido profesor mío y guardaba también  una especial  predilección  por nuestro pueblo La Alberca.
Pilar estudió durante muchos años la música tradicional salmantina. Dirigía su preciado coro  de “Voces Blancas Salmantinas” en el que figuraron durante mucho tiempo  algunas  jóvenes albercanas y tocaba con singular maestría Sebastián Luis “el Guinda”  recibiendo por parte de ella  la maestría académica  que  por su gran espontaneidad  natural  él  necesitaba.
Últimamente la hemos seguido con gran  entusiasmo en el ingreso en Centro de Estudios  Salmantinos del magnífico  tamborilero mirobriguense José Ramón Cid Cebrián.
Y ¡Qué mejor homenaje en estos momentos tan especiales es verla con su hermosísimo  traje de Vistas albercano y escuchar de nuevo ese himno a la Virgen de  la Peña de Francia que tantas veces cantó y ofrendó con su grupo!


VOCES BLANCAS SALMANTINAS
Ya no cantan en la tierra / Sus voces llegan del cielo.
Triste ha quedado la sierra.
Pero no, de tanto anhelo.

Voces blancas, tan reblancas. / Voces blancas salmantinas.
Las que mueven las palancas.
Y pide el verso. Divinas.

Mañana en la catedral. / Pasado en la Clerecía.
            En la Peña, el Escurial,…
            En toda la serranía.

En misas, celebraciones. / ¡Cómo podían faltar!
            Si hasta en pequeños rincones
            Se conocía a Pilar.

¡Mira! ¿La ves? Dirigiendo / Entrando. Y con las demás.
            Con su mechón, sonriendo
            ¡Tan blanco…! Aviva el compás.

Ya no cantan en la tierra / sus voces llegan del cielo.
            “En el ramo. La Alborada.
            Los mozos de Villavieja
            Temas de boda. Charrada”.

“Señor alcalde mayor / ¡Qué salga el toro en la sierra!
            Picao serrano. El romance.

Los mozos de Monleón. /Si echas el surco derecho”.
Todas están a mi alcance.

La Virgen del Castañar / La de la Vega y de Francia
            En el coro,  con Pilar.
            Se han unido en consonancia

“Madre a la puerta hay un niño / ¿A quién debo yo llamar?
Al son de tu caramillo.
Gloria. Señor ten piedad”.

Ya no cantan en la tierra / Sus voces llegan del cielo
Gloria y paz. Nada se cierra.
Pilar nos dejó su anhelo:
Cantar. Sonreír. Soñar,…


1 comentario:

María Serrano dijo...

Cuando me avisó tu querido Manolo, se me hizo un nudo en la garganta. A pesar de esperar ese final, fue inevitable llorar por dentro y decir adiós a momentos felices en mi infancia en Salamanca. Es como si uno de los últimos enlaces de recuerdos de mi madre, se hubiese roto. A los pies del Cristo de la Agonía de Capuchinos pedí a Dios que ya estuvieses en su luz.
Al día siguiente seguí el furgón que llevaba tus restos, pero tú ya no estabas allí.
¿Viste las flores de todos? Blancas, como tú, blanca por dentro y por fuera. Yo giré hacia La Alberca y no dejé de recordar momentos contigo. Mi llanto interno se hizo lágrima silenciosa al pasar cerca del camino de tu Virgen del Cueto; la Virgen de la Peña también se había vestido de blanca nieve y parecía como si la niebla de la cumbre también se uniese a mi tristeza. Tus chicos amigos y amigas no te han dejado ni un momento. Eso seguro que te hace feliz.
Dejaste pendiente, justo este año, la transcripción de las canciones de la Virgen de los Dolores de La Alberca. Bueno, seguro que envías a alguien desde el cielo.
Gracias por tu cariño.
Hasta siempre, Pilar, un beso. Descansa.
María Serrano Becerro.