domingo, 5 de octubre de 2014

EL JUEGO DE LOS CANALONES

























EL JUEGO DE LOS CANALONES
¿Tú no sabías que a nuestro pueblo por la década de los cincuenta llamaban el orinal del cielo? Y encima con guasa te decían:¡Ay que ver las ganas que tenían de mear los angelitos !Ya se estaban aguantando demasiado…
Y nosotros que éramos por entonces unos angelitos nos lo creíamos, porque el mear debería ser también cosa divina. Lo mismo que humana ya que los niños cuando íbamos por los caminos nos hacíamos la siguiente apuesta. ¡A ver quien mea más lejos! Y empezaban las competiciones con los consiguientes empujones y bromas del momento entorno al tamaño, la longitud y la distancia. ¡Cosas de niños!
No recuerdo haberme llevado ningún trofeo quizás porque los cólicos nefríticos que me dieron ya siendo adulto soltaron piedras y carretas.
Pero aquí queda esta reflexión otoñal de lluvias, canalones, angelitos y consiguientes apuestas.
REMEDIOS NATURALES:
Las peras de agua otoñales- con  tantas lluvias- siempre fueron en La Alberca una delicia. Sin embargo, por esta época apenas asoma el sol, las fuentes y los rincones se ven invadidos por unos desagradables acompañantes, son las avispas. Y lo peor que te topes con un avispero. Como había a quienes les gustaba también molestarlas, se ponían pesadas y ¡zas! el aguijón.
El mejor remedio para las picaduras lo conocían los niños, meas en el suelo, haces una pelotita con la tierra y la plantas donde te picó ( a ser posible). Aunque la existencia del amoniaco la desconocíamos, la pinchada del insecto traidor se mitigaba.
(Si te pica  un avispón / y  no tienes botiquín / mezcla un poquito de orín/ con tierra. Y no habrá hinchazón)



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