LA PINTINA
D´AGUARDIENTE
La naturaleza no es única, ofrece muchas posibilidades. Es el pensamiento de Peromingo. Hay personas que se cuidan al máximo y apenas llegan a los sesenta. Otros, a los veinte años parecen ya envejecidos y luchan diariamente a diestro y siniestro con todas las dificultades que le van saliendo al paso.
El tabaco no les vence (ahí tienes a Carrillo ¡cómo fuma y como vive!). Y la pintina d´alcohol que quema las grasas, les tiene derechos, vivos, hechos unos auténticos robles de esos de la Dehesa. Y, él dice que esa” pintina” diaria es la que les mantiene fuertes y longevos.
Veamos el caso albercano. ¡Y busquemos alguna foto! Que aunque no venga mucho al caso. Si será representativa de los tiempos que nos ocupan.
Si “er Manué” tiene ya ochenta
Y se conserva tan bien
El secreto –se comenta-
¿En qué estará? ¡Sabe quien!
A las siete se levanta
Adereza su “limón”
Y en la Taberna se planta
Cuatro pasos de un tirón.
La copina “d´aguardiente”
Con gusto la saborea
No le falta el mondadientes
El tabaco le marea.
Fumó mucho y en su tiempo
Y liar, requetebién liaba.
Cuando tuvo un contratiempo
A este vicio puso aldaba.
Luego se va a la “guertina”
Y entre “frejones”, patatas
Frutales y lechuguinas
Va de “Bajondo” a las Datas
A l´Eras, o a la otra esquina…
Con su burro. Con su “zacho”.
Con su botita de vino
Y el correspondiente “cacho”
Es un mozo en el camino.
Cuando regresa a su casa
Que si el cerdo, si la vaca
Que si el “cardero” retrasa
No dice ni una palabra
Mete. Sube. Baja. Saca.
¡Ojo se escape la cabra!
Eso sí ¿Con quién regaña?
A ratos con la parienta
O algún hijo, del que extraña
Que le tenga poco en cuenta…
Le gusta ir al Rosario.
O un ratillo a la Plaza
A escuchar lo necesario.
Es raro que meta baza
Si no es bueno el comentario.
Varias veces en el día
Si se encuentra un poco bajo
Escupe y dice ¡carajo!
Me falta la compañía:
La “pintina d´aguardiente”
Aconseja ,él, al doctor.
Este es mi mejor motor
Y me pone a ciento veinte.
El doctor no le regaña
¡Al quite! dice:”Manué”
Una pintina no daña.
¡Aviva! Si es un tonel
Ya no es bueno, hay castaña…
Pero en ti que eres prudente
Y vas de una, a la otra esquina
Es la mejor medicina.
“¡La pintina d´aguardiente!”
D´AGUARDIENTE
La naturaleza no es única, ofrece muchas posibilidades. Es el pensamiento de Peromingo. Hay personas que se cuidan al máximo y apenas llegan a los sesenta. Otros, a los veinte años parecen ya envejecidos y luchan diariamente a diestro y siniestro con todas las dificultades que le van saliendo al paso.
El tabaco no les vence (ahí tienes a Carrillo ¡cómo fuma y como vive!). Y la pintina d´alcohol que quema las grasas, les tiene derechos, vivos, hechos unos auténticos robles de esos de la Dehesa. Y, él dice que esa” pintina” diaria es la que les mantiene fuertes y longevos.
Veamos el caso albercano. ¡Y busquemos alguna foto! Que aunque no venga mucho al caso. Si será representativa de los tiempos que nos ocupan.
Si “er Manué” tiene ya ochenta
Y se conserva tan bien
El secreto –se comenta-
¿En qué estará? ¡Sabe quien!
A las siete se levanta
Adereza su “limón”
Y en la Taberna se planta
Cuatro pasos de un tirón.
La copina “d´aguardiente”
Con gusto la saborea
No le falta el mondadientes
El tabaco le marea.
Fumó mucho y en su tiempo
Y liar, requetebién liaba.
Cuando tuvo un contratiempo
A este vicio puso aldaba.
Luego se va a la “guertina”
Y entre “frejones”, patatas
Frutales y lechuguinas
Va de “Bajondo” a las Datas
A l´Eras, o a la otra esquina…
Con su burro. Con su “zacho”.
Con su botita de vino
Y el correspondiente “cacho”
Es un mozo en el camino.
Cuando regresa a su casa
Que si el cerdo, si la vaca
Que si el “cardero” retrasa
No dice ni una palabra
Mete. Sube. Baja. Saca.
¡Ojo se escape la cabra!
Eso sí ¿Con quién regaña?
A ratos con la parienta
O algún hijo, del que extraña
Que le tenga poco en cuenta…
Le gusta ir al Rosario.
O un ratillo a la Plaza
A escuchar lo necesario.
Es raro que meta baza
Si no es bueno el comentario.
Varias veces en el día
Si se encuentra un poco bajo
Escupe y dice ¡carajo!
Me falta la compañía:
La “pintina d´aguardiente”
Aconseja ,él, al doctor.
Este es mi mejor motor
Y me pone a ciento veinte.
El doctor no le regaña
¡Al quite! dice:”Manué”
Una pintina no daña.
¡Aviva! Si es un tonel
Ya no es bueno, hay castaña…
Pero en ti que eres prudente
Y vas de una, a la otra esquina
Es la mejor medicina.
“¡La pintina d´aguardiente!”
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