ES OTOÑO
Llueve, que llueve en La Alberca. / El
cristal de la ventana
Se ha llenado de gotitas.
¡Mira que gota más terca!
A pesar de ser chiquitas / Caen como les da la gana.
Oscurecen nuestra estancia.
Se hace un río cristalino / Juguetea con
el agua.
¡Vamos que el día es divino!
Para
salir en piraguas.
En el pueblo ¿Hay algo nuevo? / Pues sí,
de mucha importancia:
No se ve la Peña El Huevo.
Ni tampoco la de Francia.
Entreabres. Un remolino
De vientos.
Y nadie pasa.
Todo el mundo está en su casa.
Las clásicas otoñadas. / De vientos. Y
desatinos.
De hojas que están empapadas
Alfombrando los caminos.
Nos miramos. Sonreímos. /¿Te acuerdas?
No había pantallas
Ni
wifi. Vitrocerámicas,…
Las mujeres con sus sayas. /Capas de
lluvia en las jacas.
¡Cuántas histórias fantásticas!
Que si la lumbre de suelo./ La hornija,
sus llamaradas.
Recuerdos de abuela y abuelo
De Ánimas y campanadas.
La luz se va,…
Vuelve.
Y truena.
Juguetea.
Se debilita.
El canalón que tirita.
Y resuena…
¡Santa Barbara bendita…!
Si bajas, pecha el portón. / No olvides
el chubasquero.
Que la tormenta amenaza
Cuando vengas, me acompañas
Y asamos unas castañas
Aunque sea en el brasero.
-Y la partida… sin trampas-.
“A luego” del aguacero. / Si no es muy
tarde y escampa.
Vamos un rato a la Plaza.
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