DE DON CESAR A
ELISEO
A veces hablamos
muy poco, sí de los maestros, quizás porque también he sido y soy maestro.
Don Cesar fue
una auténtica institución en La Alberca, en este setenta y cinco aniversario de
su designación como Monumento Nacional se le tenía que haber hecho mención por
su entrega a la formación de tantas generaciones albercanas y por su gran amor al pueblo y personalidad. Alegra
recordarle con sus bigotes tan característicos de una época. Lo mismo que tener
presentes a doña Carmen, a Amelia, a Elisa y a Ana Mari, que Dios la tenga en la Gloria, tanto tiempo de niñez
compartida.
Pero a Eliseo le
ha pasado un poco como a mí. Cuando se vive en un pueblo donde nuestros
ascendientes se han distinguido por su gran personalidad. Buscamos la sencillez
en el trato, en el trabajo, en la vida, en las amistades,…
Y Eliseo más que
yo, que hice mis treinta y cinco años de profesor lejos del pueblo. Era muy
respetado, una persona trabajadora que iba a lo suyo que era siempre su
profesión de maestro; no se quería distinguir en nada, pese a lo mucho que él
sabe que valía y así era considerado. Trabajar en su pueblo bastantes años siendo docente y siempre bien reconocido
ya es decir mucho, el tenerlo que hacer ante sus paisanos.
Hoy Eliseo no
vive en La Alberca, aunque nos enteramos
que en los veranos, siempre que puede, le
gusta descansar allí unos días. Nosotros
cuando por las tardes pasamos junto al edificio de la vieja y siempre nueva
escuela, aprovechamos para echarle una ojeadita y nos vienen a la memoria: Don Cesar, Doña Aurora,
Doña Rita, Doña Teresa, Don Gerardo, Doña Agustina, Don Severino, Don Rufino,
Doña Isidora, Don Juan, Doña Lucía, Doña Vicenta, Fernando Tapia,…Y tantísimas personas
más, que no nos vienen ahora a la memoria.
Pero el momento es para celebrar los
93 años de Eliseo.
A través de facebook me entero de lo que nos cuenta su hija Esther.
¿Qué dices, noventa
y tres?
Pues será. Mas no lo veo.
Si está, lo
mismo que ayer.
Nuestro gran
maestro, Eliseo.
¡Qué duras las
matemáticas!
Pero cuanto nos
costaban.
Es que entonces
cateaban.
Las hacían
antipáticas
Quince días en
verano
Y si vas con Eliseo.
-Lo decía don
Luciano-
Terminará tu
bloqueo.
Y el Thales ya
no era el Thales
Y al Pitágoras
no temo.
Voy alegre, le
tuteo
Nada de estar
aburrido.
¡Qué abierto con
los chavales!
Y sin darme
cuenta remo.
El camino es
conocido:
Ser maestro y
agradecido.X- De Carmen y Lolita González Varea, recibí esta foto.
El peque que está en brazos es quien esto escribe
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