-Palabras, solo palabras, en su estado
puro y natural, tal como las recuerda y aviva el pensamiento-
-Sirvan de ejemplo recordatorio, a los
numerosísimos emigrantes que tengamos la suerte de poder revivir “El DÍ-AGOSTO”
al menos en nuestro pensamiento, que en algunas ocasiones es sin duda mucho-
15 DE AGOSTO -ACTOS PRINCIPALES Y MÁS
CARACTERÍSTICOS-
Corre agosto. Y si los trabajos tanto
agrícolas como industriales, están lo suficientemente avanzados. Nuestro pueblo, poseedor de un profundo sentimiento religioso, detiene
unos días sus cotidianos quehaceres para celebrar sus fiestas patronales; que
honran la subida a los cielos de la Virgen María.
Es el día 15, el día/agosto, el día de
la Virgen de la Asunción.
Para que tú, amigo lector, tengas un
conocimiento claro de los actos más significativos destacamos
los tres principales, que son: los religiosos, que se realizan en su
iglesia parroquial con la entrada y posterior procesión; la ofrenda o el
Ofertorio de la Plaza Mayor y la Loa, auto sacramental del día 16.
Son también muy atractivas de estas
fiestas: Las danzas y “El Ramo”, que siguen a la ofrenda; los bailes típicos de
la plaza pública; el desenjaule con el Toro; y la singularidad de los trajes
típicos.
Podemos
resumirlo, así: 15 de agosto, La Alberca. Todo un pueblo que se prepara
para celebrar las fiestas a Santa María, con tamboril y cohetes. Vino y jamón
serrano. Obleas, dulces, turrón,…
En términos locales se dice que hay
fiesta completa cuando se realizan estos
tres actos: el Ofertorio, La Loa y el toro.
LA ENTRADA AL TEMPLO Y PROCESIÓN
Inician la mañana las idas y venidas de
los tamborileros por calles y plazas, en
alegre pasacalle y acompañando a los
Mayordomos desde la salida de sus casas a la entrada en la iglesia parroquial.
Curiosa expectación audiovisual de
familiares vestidos con típicos trajes de la localidad. Es un momento muy
emocionante con cánticos de Alborada en el pórtico de la iglesia:
“tomemos agua bendita solamente con los dedos y haremos la reverencia a la
reina de los cielos,…” La solemnidad de
Misa Mayor con sermón, cohetes y
repique de campanas.
PROCESIÓN CON DANZAS, TAMBORIL Y COHETES
En esta procesión es llevada a hombros
la Virgen de la Asunción a la Plaza Mayor, entre los danzarines que van y
vienen bailando delante de la imagen, toques de castañuelas y música de
tamboril. Solemnizan el acto numerosos estandartes, mayordomos con capas,
autoridades y gentes principales
vestidos con sus trajes más
antiguos. Destaca el atractivo de la
mayordoma, con el traje de Vistas, el más antiguo, rico y vistoso de España.
EL OFERTORIO Y LAS DANZAS
La Virgen se coloca en lo alto de la
plaza. El público abre un gran círculo en la misma.
Y podrás ver, junto a la solemnidad de
este acto y continuo toque del tamborilero la forma más curiosa y respetuosa
que realizan las autoridades, los mayordomos y público en general, ofreciendo a
la Virgen de la Asunción. Salen de cada lado del círculo y se encuentran en el centro de la plaza.
Comienzan caminando lentamente, cada tres pasos se arrodillan o hacen
genuflexiones e inclinaciones con la cabeza. Entregan su donativo. Y regresan
con el mismo ritual.
Los hombres visten largas y típicas capas que les dan un aspecto
cardenalíceo, de solemnidad y las mujeres hacen gala de la rica variedad de trajes femeninos. De
ventioseno, sin alhajas; mantita -para
ceremonias religiosas-; zagalejo, con hilos y collares de oro; y el serrano, con sayas redondas y anchas.
El momento de mayor expectación es
cuando va a ofrecer la mayordoma con el ya
mencionado traje de Vistas.
Recuerdan estos actos la solemnidad
medieval, monárquica, vaticana o
universitaria de especiales conmemoraciones.
Terminada la ofrenda empiezan las
clásicas danzas de jóvenes del lugar;
muestran sus habilidades del baile suelto y “picao” serrano, chocando
sus palos, repiqueteando castañuelas, tejiendo y destejiendo cintas de
colores y santiguándose al ritmo del
baile. Su realización es un primor del saber, sabor, arte, y gracia popular. Aquí POLDO, serrano del año, se merece el mayor reconocimiento popular, el mayor aplauso de todos los albercanos.
LA LOA
Es un antiquísimo auto-sacramental
representado por jóvenes en la Plaza del
Solano. Auténtico calco del corral de
las comedias del siglo XVI, con tablao de cuatro puntas y rampa de madera por
donde se deslizará la serpiente. Idéntico escenario al aire libre como se
hicieran para aquellas obras teatrales
de Calderón, Lope, Tirso de Molina,..
Argumentación muy sencilla: Lucifer se
encuentra con unos jóvenes que acuden a las fiestas de la Asunción y que él trata de impedir que se realicen.
Sentado en una especie de dragón de fuego, les intimida, asusta al público con estampidos de pólvora, vomita fuego,
recitando arrebatadores versos que muestran su dominio mundanal. Un ángel celestial
con delicada voz y cristianos poderes, entre aplausos del público, le manda a
las profundidades del averno. Sencilla y conmovedora obra.
Este
auto-sacramental es junto al Misterio de Elche la representación más antigua que año tras
año viene haciéndose en el Solano Bajero, plaza que está junto al
atrio de la iglesia con natural balaustrada de piedra, tablao con toldo,
escalinata de granito y fondo de torre
guerrera.
Para la realización de este acto es primordial el equipamiento "coheteril" que lleva incrustado el dragón- serpiente,gracias a la familia de los TIBURCINOS que durante muchos años han venido equiparándola con verdadera maestría, se merecen el mejor reconocimiento y es que el dragón:
Silba, vomita, se para,
Siembra pánico en la gente.
Lanza luces de colores
humaredas, resplandores,...
¿Qué dices que es cosa rara?
¡Ven al Solano,valiente!
Para la realización de este acto es primordial el equipamiento "coheteril" que lleva incrustado el dragón- serpiente,gracias a la familia de los TIBURCINOS que durante muchos años han venido equiparándola con verdadera maestría, se merecen el mejor reconocimiento y es que el dragón:
Silba, vomita, se para,
Siembra pánico en la gente.
Lanza luces de colores
humaredas, resplandores,...
¿Qué dices que es cosa rara?
¡Ven al Solano,valiente!
EL TORO
A quienes nos gustan las corridas de
toros comprendemos que haya personas que
les atraigan menos. Cuestión de gustos y respeto. Estos espectáculos
taurinos, dice Eugenio Noël: “son una especie de termómetro de la raza hispana,
en la que el joven tenía que medir sus habilidades y valentía”. Consiste
en correr ante el bravo animal, recortando y burlando sus embestidas; más
fáciles cuesta abajo, atrevidas y peligrosas
cuesta arriba por la inclinación del
improvisado coso. Los “¡uy!” y gritos son las expresiones más
características y los “olés” se reservan
para los profesionales taurinos. Sin este espectáculo, tan propio de nuestros
pueblos, las fiestas decaen enormemente.
El fuerte estampido del cohete –el correr de
la pólvora de los árabes-, las burlonas carreras “de, ¡qué viene el toro!”, el
amistoso desafío del “picao” que anima el tamboril, la espontaneidad del baile
suelto,…Junto a la jugosidad del
incomparable jamón; carne “asá”, tradicional “tira –tira” de su turrón, delicioso chasquido de las típicas obleas, bizcochos, turruletes de La
Alberca,… Y el vinillo del Soto con
aroma albercano, entre sorpresas,
encuentros y amistades, hacen que estas fiestas sean únicas para quienes gozan de ellas año
tras año.
Todo dentro de un singular marco de
arquitectura y costumbres, en el primer
pueblo de España denominado hace
75 años Monumento histórico-artístico nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario