CUANDO LLEGABAN LAS CABRAS. LA CHIVINA
¡Que se abra el
cielo! ¡Que se abra!
El sustento
familiar / No era el burro, ni el caballo
Lo más humilde: la cabra
No entiendo. Pero no callo.
La cabrita. La
chivina / Iba al huerto familiar.
¡Atiza! Ya lo
adivino / Si la pared tenía cal
¡Claro
está! Que la lamía.
Necesitaba ese
aval. / -Pero mejor, dime cal-.
Ya lo ves
no me venía / tonto refrán popular
“El que estás
como una cabra” / cosas de quien porfía
O si tiene agua o no, el mar.
El mejor parto
que he visto
Con candil, en
una cuadra.- (Que el cielo si puede se abra
O por las penas
de Cristo-)
No iba el
escritor para médico.
Los demás no los resisto.
Sería muy poco
modélico.
(Los llantos que
trae una madre / Y si es mujer tal dolor
Si los siente
tanto el padre / en la alegría el valor)
La chivina. La
chivina / La trae en brazos el pastor.
Porque
apenas aún camina.
Si enloquece
al verla un niño / Que al cogerla se le
escurre
A una niña. ¿Se te ocurre?...
La trata con tal
cariño
Que
ya lo sabes. No le huye.
Del
blog: Las cosas de Isidro Barcala
miércoles, 2 de octubre de 2013
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