Historias de niños albercanos- Los Sustos
Me acuerdo cuando era chico y teniamos que pasar unos cuantos niños en ciertos momentos y por estas calles. El ladrido de un perro o el rebuznar de un burro que surgía en ese momento era el mayor susto del mundo.Al instante saliamos corriendo con las consiguientes carcajadas. Basta que alguien dijera "El Tío De lunto" para que el escalofrío recorriera todo el cuerpo. En algunas ocasiones los sustos iban acompañados con los consiguientes comentarios de que estarán haciendo estos por aquí... Y no es que hiciéramos ningún tipo de "perrerías". Es que los sustos eran los sustos y las carreras y los comentarios eran inevitables.”¡Me cachis en diez con estos críos! “
“El tío Delunto” aparecía por el” Arrol´Huevo” y ya estábamos los chiquillos corriendo hacia el pueblo y comunicándolo a los demás muchachillos. Cuando llegaba por San Antonio hay quien ya le esperaba con los bolsillos llenos de piedras escondido entre el Arbolito y la Sierra del Sr. Calentino. El hombre que generalmente iba lleno de medallas o con algún saco de mendrugos se extrañaba del alegre recibimiento que iba a tener. Y el tiempo que permanecía en el pueblo era vigilado de cerca por la concurrencia pues decían que “chupaba” sangre y la buena y sabrosa era la de los niños,...(Bromas aparte)
Bombas y petardos, los vendía la Pilata y eran el terror de las chiquillas, sobre todo unos “cubetes-culebrinas” que se soltaban en el baile de la Plaza y hacían correr a más de una.
El pasar por la Somá en ciertos momentos o atardeceres que se venía de la Cuna era objeto de tremendas carreras que siempre pagaban los últimos que llegaban.
Pero para miedo-miedo eran los de algunos perros que de pequeños ya se habían encargado los niños o dueños de resabiar ( el perro de Alejo y el de Garrapina eran demasiado conocidos).
Los “avisperos” que habían sido removidos y estaban en lugares de tránsito eran de temer igual que las colmenas que se ponían en ciertas zonas y te topabas con ellas de pronto.
Se tenía también mucho respeto que te dijeran que venía la “tía”...tal o cual, por lo general poco simpáticas con los niños... O el borrachín que salía haciendo culebrillas de la taberna del Colorao.
La Serpiente de la Loa esa sí que asusta a chicos y mayores. Apenas comienza el demonio a recitar su versos y a decir:”Vomita ya vil serpiente” queda al instante la mitad del Solano vacía. ¡Hay que ver el arte que tenían los Tiburcinos para hacerla silbar y explotar para que metiera miedo... pues esa es su finalidad.
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