lunes, 13 de enero de 2014

LOS PEQUEÑOS PERO GRANDES DETALLES: EL CUENCO DE LAS ÁNIMAS BENDITAS



































EL CUENCO DE LAS  ÁNIMAS BENDITAS
Que las Ánimas Benditas la tenemos muy presentes en La Alberca basta ver la lamparilla de Ánimas que se enciende al atardecer en el Osario del Solano; o el toque devoto y sincero de la campanilla, que todas las tardes y desde tiempo inmemorial, realizan las mujeres de Ánimas recitando su salmodia por  las esquinas de todas sus calles.
Hay muchos más actos que las gentes del pueblo realizan por la devoción que sienten por ellas.
Uno de ellos y que no queremos que pase desapercibido es la recolecta que se hace en las misas. Quizás de una forma muy natural para todos nosotros, pero llamativa y un tanto extraña para los que no son del lugar.
Nosotros recordamos a Celedonio que durante muchos años, hoy continúa la tradición un hijo suyo, y así en las misas sale con un curioso cuenco y con una voz sentida y profunda recita: ¡Ánimas Benditaaass...!
Los fieles aportan lo que pueden para las mismas que depositan en el curioso cuenco de madera y que tanta admiración provoca en los niños.
Como el cuenco por su antigüedad llama mucho la atención, pedimos permiso a Valentín para poder fotografiar de cerca y en el sitio en el que ha estado muchos años y hoy por precaución sólo unos minutos antes del oficio religioso.
Pero lo que más llama la atención del curioso cuenco de madera con su cruz de hierro en el centro, forma ovalada y unos grabados que si los veis de cerca se asemejan al retoque que tanta fama le dio al Ecce  Homo del pueblecito de Borja, es que está realizado para que en otros tiempos se pudieran aportar donaciones de especies, por ejemplo de huevos.
Terminado el acto el animero echaba los donativos en un pañuelo, lo anudaba y llevaba al lugar correspondiente, con el máximo cuidado para que no terminara la recolecta envuelta en  una tortilla de monedas.
Después, algunos domingos en la plaza se hacía una puja pública, productos del cerdo o carnes para seguir recolectando.
Costumbres un tanto extrañas pero muy devotas porque el pueblo así las sentía.
Y tú ¿qué? Decía Don Saturnino a las muchachillas en la confesión “¿Has bailado agarrado?”.” ..¿Yo? ,No” Entonces: ¿qué pecados tienes? Pues ya ve...decir algunas mentirijillas” La anécdota se la agradecemos a Pilar Hoyos que a sus 95 años las vive y recuerda como cuando vivía Don Mauricio, que la ayudó con una donación al morir su marido para que pudiera salir adelante con sus hijos muy pequeños.
A la una un fuerte grito / que el corazón le devora
Nadie se acuerda de mi / dice el ánima más sola.
Pecador, las once son / y en ellas contemplarás
Que todo en el mundo se acaba  / y como estamos estarás.  (....)

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