RELATOS
DE OTOÑO, AL CALOR DE LA LUMBRE DE SUELO
-EL BAJEL DEL INDIANO-
Me
llamaba la atención. ¿Por qué esa fuente que está a la salida del pueblo, nada
más pasar la curva que está antes de llegar al cuartel y sube por el camino de la derecha la gente la llama La Fuente
del Indiano? Eso del “indiano” me extrañaba. Hubo un tiempo que también se la
conocía por sus propiedades curativas de modo que a alguien que conocía sus aguas se las cambió por las del Chorrito y no pudo darle "gato por liebre" El Indiano fue su promotor, quizás alguno de ellos, pues tal apodo se atribuye a varios y ya en tiempos más recientes
El
devoto albercano que se fue a las Américas donando sus bienes a la iglesia,
dispuso que en la veleta del templo parroquial figurase un barco que llevara a
proa un navegante y otro con poncho en
la popa.
Más
ahondando en este asunto dice Amable García sobre D. José Pérez Calama que fue “teólogo consultor en el Obispado de
Puebla de los Ángeles, en las Indias;
luego Canónigo lectoral y Chantre en Valladolid –Yucatán-. Por último Obispo de
Quito, a cuya silla renunció algún tiempo después”. Y se retiró a su pueblo, La
Alberca, en donde fabricó la suntuosa Capilla de la Virgen de los Dolores,
costeando todos sus gastos.
Antes,
D. José Pérez Calama, había comunicado su intención de fundar un colegio en La
alberca.
Pero
embarcado “En Guayaquil y pasado Acapulco el 29 de abril de 1793, no se
tuvieron más noticias de él, suponiéndose que naufragó el barco que le
conducía.
Debemos
añadir que encima de la puerta de la Iglesia que da al Solano Bajero hay un
“victor” en honor a este prelado, hijo del pueblo, en barroca floresta,
sostenida por ángeles. Y dice así: “El Ilmo. Señor Don José Pérez Calama, del
Consejo de su Majestad, Obispo de la ciudad de Quito, en las Indias, natural de
La Alberca. Año 1789”.
Enterándose
nuestro amigo Peromingo de tales e interesantes
historias; bien valen –se dijo-para contar en estos días
de otoño, al calor de la lumbre de suelo: Y… ¡trovando, trovando y trovando! Espera no salir mal parado de tan
ocioso e ilustrativo oficio entretenedor. Que va como sigue:
No
fue el bajel, de un pirata. / Sí, el sueño de un navegante
Que
iba en obediencia, grata.
Y
actitud cristianizante.
Y
en la iglesia y su tejado / Resaltaba tan radiante
Que
lanzaba a cada lado
A
su veleta radiante.
No iba por mar, sí por aire / En vuelo fugaz,
rasante.
Que
no le falta socaire.
Sometiéndose
al ambiente
De
nuestro pueblo boyante
Más
la desgracia surgió / Y en un día diecinueve
Del
dos mil catorce, en nueve.
Un
gran rayo destrozó
A
nuestra insigne veleta
Dejando
sin navegantes /Tanto al bajel del
indiano
Que
bien cumplía su treta
Como
a su pueblo albercano.
Historias
que son, ya de antes. / Y han dejado en
el Solano
Hazañas
de correrías
De
caballeros triunfantes
Y
altivas feligresías.
Hoy,
con la añoranza del recuerdo. Y al estar alejado del lugar de mi nacimiento me
cabe hacer la siguiente pregunta: ¿Se habrá reconstruido la veleta que destrozó
aquel fatídico rayo que parece que
obedecía a un triste designio del pasado? ¡Dichoso artefacto que en momentos determinados señalaba el
camino de las Américas! ¿Y el bajel del indiano, el que portaba
en la proa un navegante y otro
con poncho en la popa, quedó hecho añicos en el suelo del Solano?
¿Quién
se va a atrever a escalar a esta singular pared del templo casi catedralíceo
como si fuera a varear una gran nogal?
Es
posible –para comprobar los alcances de lectura de esta historia- que alguien
con una buena cámara fotográfica y
telescópica, nos muestre por facebook el estado actual de la espadaña donde
se encontraba la veleta; y en ella el
bajel, y en él, el navegante de proa y en la popa el del poncho.
El viaje en el tiempo podrá confirmárnoslo y,
en vez de que pongamos fin, vemos más
conveniente este de que… ¡así sea!
Amigo, ilustre y desconocido INDIANO.
NOTA.-
-Si
esta historia, por su compleja y complicada trama no entendiera algunas partes.
No se preocupe, nosotros tampoco llegamos a alcanzar aquellas alejadas fechas del siglo XVIII, por nuestro bajo
y torpe alejamiento en datos-.
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