ALBERCANOS EJEMPLARES EN EL TIEMPO
- DOÑA
VICENTA-
Muchos
y buenos maestros han pasado por LaAlberca. Nosotros hemos conocido a personas
destacadas como Doña Aurora, don César, don Ricardo, Don Eliseo, Don Juan, Doña
Agustina,… Y en estos años una gran maestra albercana como fue Doña Vicenta.
Esta última muy entregada al pueblo, a la cultura, a sus inquietudes, a la
difícil tarea educativa y a otras facetas como haber sido la primera persona
que ordenó y llevó a cabo el montaje de la Biblioteca municipal. Es difícil ser
como se dice “profeta en su tierra”
parece que en todos los lugares son los de fuera los que llegan con nuevas
iniciativas, pero Doña Vicenta las tuvo y el pueblo se las reconoció.
Todas
esas facetas se las iba transmitiendo a su sobrino José Luis Puerto, maestro de
maestros en la enseñanza y la literatura como se manifiesta con el
galardón recibido el presente año con el premio a las Letras de Castilla y
León.
Ahora
que estamos a finales de curso es un buen momento para que nos sirva de
referencia este sentido poema dedicado por José Luis a su tía en el día que se
jubiló.
Para
que se pueda leer mejor en nuestro blog lo hemos dividido en tres partes.
Recogiéndolo al final de un modo completo.
En
la primera parte José Luis con esa difícil sencillez de su admirado Alberti,
del que fue secretario, centra los lugares y recorridos que tenían que hacer
aquellos maestros del siglo XX para poder realizar su trabajo, que era, ante
todo, de entrega, sacrificios y de enorme vocación.
En la segunda parte “Dejadme ahora recordar…” Está tan bien reseñada, que es preciso leerla varias veces, porque con su lectura se mete uno en el alma de las cosas, del ambiente, de la época y que Doña Vicenta reviviría también con el mismo entusiasmo que mostraba por aquel entonces el gran poeta extremeño José María Gabriel y Galán
del
que es este conocido fragmento: “Por la cuesta del serrucho pizarroso/ va
bajando la paupérrima jurdana/ con miserias en el alma y en el cuerpo / Con el
hijo medio imbécil a la espalda…
Yo
les pido dos limosnas para ellos / a los hijos de mi patria: ¡Pan de trigo para
el hambre de sus cuerpos! ¡Pan de ideas para el hambre de sus almas!”
Sirvan
de referencia estos textos tanto el de José Luis, como el de Gabriel y Galán
para reconocer la labor de Doña Vicenta en aquel lugar hurdano de la llamada “Tierra
de Jambri”, tan apartada en tiempos y
querida por nuestro pueblo.
En la tercera parte de “entrega a los niños jurdanos” nos sirve de referencia ahora, en estos momentos, que existe tanto despoblamiento del medio rural”. Deberíamos reflexionar y valorar esta entrega de personas como doña Vicenta tanto en Riomalo como en La Alberca, llevando a la práctica mensajes como los que realiza Federico Muelas en su libro “Sorpresa de España”: “Hay que crear amistades, fervorosos amigos de todo y en todos los lugares. España se resiente de esa falta de amistad que hace hoscos los semblantes de los pueblos que se han ido quedando solos, sin amigos, hasta sin sus recuerdos, cercados por la avaricia, la ignorancia y la incomprensión. Hay que crear grupos de amigos de las pobres cosas y de los pobres seres en todos los rincones de España”.
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