domingo, 22 de agosto de 2021

LOS POYOS DE LAS PUERTAS DE LAS CASAS --- REFERENTES DEL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD


 











              POR LAS CALLES DE LA ALBERCA

LOS POYOS DE LAS PUERTAS DE LAS CASAS

  REFERENTES DEL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

 

“Y cerrando los ojos veo las negras calles de La Alberca, los balconajes de madera, los aleros voladizos de sus casas, las mujeres sentadas en el umbral de las puertas (…)- Don Miguel de Unamuno-

 

Los poyos de piedra (algunos son auténticas lanchas de granito) de las casas de las plazas y calles de La Alberca, deberían de ser reconocidos o inscritos como especiales  referentes del Patrimonio de la Humanidad, con el fin de conservar y dar a conocer  sitios que merecen la pena de preservar por su importancia natural o cultural, excepcional para la herencia común de la Humanidad.

Hasta aquí lo teórico, ahora viene lo práctico y emocional.

“Los poyetes” van unidos a sus correspondientes edificios desde la época de su construcción. Salir a la puerta de la casa y sobre todo en verano en los atardeceres, daban lugar a una tertulia espontánea con los vecinos, sobre todo cuando no había televisión ni aire acondicionado.

No es una costumbre exclusiva de La Alberca también de otros pueblos cercanos de la sierra; aunque ya en retroceso. Salir al fresco es patrimonio de todos, pero en La Alberca no se precisaba sacar las sillas, estos  asientos de piedra naturales son orgullo de sus vecinos.

En estos momentos multitud de ritos, fiestas, costumbres y saberes deben de estar  en  camino de ser reconocidos. Los procesos suelen ser largos, pero eso no es motivo para que se pueda hacer la solicitud correspondiente. Todavía queda algún rincón o lugar donde corre el aire fresquito y que alguna vecina tiene que salir y animar a las demás: ¡Que ya es hora de “arrecogerse…!”.” No seas “arrezungona” y asiéntate” “¡Anda tú, si aquí nos conocemos todos y también nos criticamos!” Los poyetes con su regusto africano son más entretenidos que las redes sociales Y  llegan a ser  el “facebook”de la vecindad, el  “baja la voz”-que siempre hay marineros al pesqui. El “tuiter tú” se tiene muy en cuenta, como alguien no baje, se va y se portea la puerta no siendo que estén algo maluchos  y haya que echarles una mano.

Luego por la mañana se pasará la “regaera” para que por la tarde estén más fresquitos”¡Que Dios os lo pague y todo sea por la “vecindá”!Por cierto aunque seamos sólo cuatro, mañana hay que ir a la novena! Y “aluego” al tiempo que pasan los rezos de la  “campanina” a sentarse un ratito al poyo; -¡Vale! hasta la cena…Yo como siga esta “caló” vuelvo a bajar… que aquí se ahorra la luz…¡¡Cómo lo sabes!!-

Rara es la vivienda que no dispone de un poyete o de varios adaptados a los espacios de la fachada. En determinados momentos son de uso común, en atardeceres; también hay tiempos que se respeta el uso de los inquilinos de la vivienda. Haciendo, su buen servicio a las personas pequeñas cuando tienen que subirse para montarse en mulos o caballerías.

 En la actualidad hay algunos rincones o refugios del viento que agrada sentarse “para ver pasar la gente” costumbre muy barata y socializada. Quienes los suele despejar inmediatamente son los atrevidos y maleducados móviles del turista que los ve tan admirados que si pueden se sientan. Sigue siendo el mejor método de reserva el jarrito de agua que sobra de regar las macetas de los balcones.

En la Plaza Mayor hay poyos para todos los gustos, estaturas o escondidos miradores Suelen ser de  restos de grandes rocas, granito y de uso común, a veces con el debido respeto o distancia. ¡Cuántas historias de vidas, acontecimientos o secretos de vida guardan en momentos determinados! En el lugar llamado el Cemento se separan las viviendas, bajos de las tabernas o bares por poyos de especial categoría, largos con apoyos de pared y distancia de los pies al suelo a elegir. Hay algunas viviendas que hermanan los escalones de piedra con “el poyo” aledaño que permite a las personas hábiles a realizar malabarismos de equilibrio. Para ciertos juegos de mesa son muy útiles, poniéndose ante ellos con las rodillas al suelo ,o auxiliándose de unos tajos de la cocina; poyo y tajo, cuadran.















































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