miércoles, 3 de agosto de 2022

EL AGUJERITO DE UNA DE LAS COLUMNAS DEL TEATRO -HISTORIAS Y CURIOSIDADES--- -DEL PORQUÉ, AL PARA QUÉ, DE SU EXISTENCIA—


 












EL AGUJERITO DE UNA DE LAS COLUMNAS  DEL TEATRO

              -HISTORIAS Y CURIOSIDADES---

-DEL PORQUÉ, AL PARA QUÉ, DE SU EXISTENCIA—

 

“No me cuentes más historias/que ya tengo demasiadas.// Retenlas en tu memoria/ Que allí estarán bien guardadas”-Popular Isibe-

 

Resulta que ahora nos hemos vuelto tan “finodos” con esto de los cursos de inglés de la Abadía de los Templarios que “el buraco” de la Columna del Teatro recibiría  este curioso nombre: “PERFORANCE”y, la verdad, que estaría muy buen puesto; porque sí, así lo harían.

Pues bien, viene de una perforación de lado a lado con un buen puntero o cincel, barra  o barrena de hierro.

Lo hicieran donde lo hicieran, pues hay quien dice que estas columnas podrían haber venido de las antiguas ruinas  del monasterio de Gracia de San Martín, no lo podemos confirmar. Pero en nuestro lenguaje popular albercano el “bujero “es un “buraco”, un agujero hecho a la perfección. Hay quien cuenta que por él se metía la “maroma” del toro, para que fuera allí bien apuntillado y como un poco más abajo hubo una pequeña alcantarilla que por allí podría correr la sangre una vez muerto. –Versiones, dichos, curiosidades y comentarios-

También hay quien dice que pudo  servir de observatorio. Pues desde el cine Don Saturnino, podía dirigir su mirada- agujero al tanto- para observar a las mozas que en vez de bailar suelto –allá por los años de 1950-, lo hicieran “agarrao”, cosa muy mal vista por aquel entonces. –Vease cuadro de Ismael Blat sobre el baile de la plaza.

La costumbre era curiosa Chagüe tocaba “la campanera”, empezaban dos mozas con “sallas o sallinas” bailando. ¡Vamos te decía un amigo, a “pedirles el baile”! ¡Vale, te lo concedían…! Dabas cuatro vueltas y tres pisotones y se te acercaba otro muchacho y te decía “me permites”; tú caballerosamente lo concedías, ella se sonreía y tú y tu amigo otra vez en el medio de la plaza a volver a hacer lo mismo. Aquello era un cachondeo si no formalizabas la relación.

Pues bien, ese agujerito de la columna servía de espía  y alguna vez de “regañina” por si alguna chica bailaba con algún mozo que no le caía bien  a la familia.

Me cuentan también que fue muy observada por ese medio Gracia Fé, hija de padres conversos y de gran hermosura  local y que casó con Feliciano de Silva, famoso escritor de novelas de Caballería- nombrado por Cervantes por ser uno de los pocos autores que salvaron  sus libros de la quema que realizada de aquellos libros de caballería que pudieron ser causa del ensimismamiento de Don Alonso de Quijano. A Gracia Fe le gustaría  sentarse  con esa gracia albercana que iba haciendo gala, en esos poyetes para poder  tomar el sol en días primaverales, lo que daba lugar a ser observada por el agujerito.

En esos bajos del Ayuntamiento que se ven también estuvo telégrafos y es posible que Gerardito, famoso alcalde que casó de  segundas nupcias muy mal vistas, tuviera alguna que otra comunicación con el pueblecito del CASAR. Son conjetura que el noble pueblo observaba desde aquí.

En cuanto a la maroma. Si la permanencia del Toro en la plaza era corta, se ponían inconvenientes para que su estancia no fuera  tan corta y si el torero se las veía y deseaba para matarle allí estaba Carriza, Gabi, el Porru, Cacharro, Navarro, Marcelo, El Cuco, (Matías, menos), Antonio  Cananeo, Gúina, un largo etcétera de jóvenes albercanos que se distinguían por su afición a “llamar” el toro.

Durante algún tiempo alguien le puso un pegote al agujerito y resultaba feo; es mejor verlo así al natural que muestra la pericia de su realizador. ¿Y por qué no? Me dice un amigo de inventar historias, también se puede jugar -o investigar- “al veo, veo”…




























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