VIVENCIAS
DE POR HABER
SIDO Y ES, POR SIEMPRE,
UN ALBERCANO DE:
EL PUEBLO DE
MARCELINO PAN Y VINO
El final de los
años, de la década de 1950, nuestro pueblo era conocido en muchos lugares de
España con ese singular nombre. El impacto de las escenas que aquí se habían
rodado, fue muy grande.
Yo por mi
parte puedo contar las vivencias del
momento antes de rodar la película.
Un buen día
llegaron y se aparcaron justamente a la entrada del pueblo varios camiones muy
grandes que nos llamaron mucho la atención.
Estudios Chamartín. Yo enseguida lo relacione con el campo de fútbol del real
Madrid y ya me veía por allí a Muñoz, Zárraga, Molomny, Olsen, Di Stéfano. Pero
nada de eso. Estando en la Plaza con Ana Marí (que descanse en paz) se nos acercó
un señor y nos dijo que si éramos de allí, yo por mi pelo rubio no lo parecía y
que iban a rodar una película que nos podía venir bien si lo aceptábamos.
Precisamente nosotros estábamos hablando
que mañana nos íbamos a Salamanca que comenzaba el curso escolar y así se lo informamos. A nosotros nos extrañó
mucho “eso del cine” que al parecer era cosa de grandes artistas.
La sorpresa fue
que al día siguiente en mi casa veo a ese señor hablando con mi padre que era
el médico. El señor sonrió y al verme le dijo a mi padre que ya me conocía y lo
que me proponía. Mi padre sonrió, me dijo qué…y yo -¡tonto!- que no y me fui a
la ciudad que “ enhechiza la voluntad de volver a ella todos los que de la apacibilidad de su
vivienda –según Cervantes- han gustado”
Yo no quería
llegar tarde al colegio de la Avenida Mirat que iba a ir, El Sagrado Corazón
que dependía del Instituto Fray Luis de
León.
En La Alberca
con Don Gerardo no nos iba bien por los problemas familiares que él tenía.
Conque irme a
Salamanca me facilitaba estar allí los primeros días de curso y aceptar lo que nos
proponía ese señor Director era muy engorroso.
¿Quién sabe sí…nos
hubiera cambiado el ritmo de vida?
La película tuvo muchísima fama y el pueblo se quedó por aquel
entonces con ese nombre: El pueblo de Marcelino
pan y vino.
Un suceso digno
de mencionar en los momentos del rodaje fue que a nuestro vecino el señor
Cacharro se le incendió la cocina cuando estaban rodando la película, tuvieron que
sacar muebles y cosas de nuestras casas, menos mal que gracias a los señores de
la película se pudo apagar el fuego al poco tiempo.
Pero. ¿Qué hubiera pasado si aquel chico rubio se
hubiera hecho compañero de Pablito Calvo? ¿Se hubiera dedicado tantos años a la
enseñanza…? Lo que sí se ha quedado con el apellido de tan extraordinario
artista y que puso a La Alberca por su nombre: EL PUEBLO DE MARCELINO PAN Y
VINO
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