lunes, 1 de abril de 2024

EL PENDÓN DE LAS MUJERES -VIVENCIAS DE LARGO ALCANCE- RECUERDOS DE ELÍAS


 















 EL PENDÓN DE LAS MUJERES

 -VIVENCIAS DE LARGO ALCANCE-

Dejemos las imágenes para otro momento y que la palabra nos acompañe.

La tradición oral, en esta ocasión escrita, ¡Sírvanos de compañía!

Como ya hemos tocado este tema- basta buscarlo en las etiquetas-Allí encontrará el lector amplia información.

Tratamos ahora de retraer memorias y vivencias muy bien sentidas. Y nos llega  el recuerdo de aquel gran caballero mutilado albercano que tenía mucho amor por su pueblo. Se llamaba Elías. Hermano de  Goyo Mañanitas, el carpintero

 Resulta que don Saturnino, el párroco tan realizador de cosas, en un viaje no con su “Biscuter” sino  con su “Vespa”. “Ves pa que piden”, decían maliciosamente algunos chistosos de  aquel entonces, “Ves- pa” que dan.”

Pues bien, pasando El Caserito, antes de llegar a la llamada y peligrosa curva del Puente Francia. De pronto aparición divina: Se encontró una cría muy cría de una zorra. Tanta pena le dio verla sola que se la llevó para el pueblo. Después de enseñarla a unos y a otros. ¿Quién querría llevársela  y cuidarla?

Pues Elías. Elías había sido emigrante muchos años en Francia. Boxeador distinguido en su juventud. Y el primero- nos contaba- que en la guerra Civil subió al Alto de los Leones.

Vivía en la calle del Campito,  cerca del monumento a Don Mauricio. Persona de mucha cultura,  gran gimnasta y  olímpico en la Hoya y el Pucherino. ( No don Mauricio sino Elías ,quede bien claro)

Pasé muy buenos ratos con él.

Un día como hoy se vestía con ropa típica albercana y subido a caballo, le gustaba subir el Pendón a las Eras, con mucho entusiasmo y respeto. Luego, eso sí, contribuía para que por la tarde fuera bajado a la plaza en alegre comitiva, por la mujer de más edad que estuviera en las Eras Chicas, camino de la Plaza.

Elías salía por el pueblo con su zorrino, quería amaestrarlo, pero el animal se resistía y huía de la gente. El problema surgió, cuando el animalillo se hacía mayor y desprendía unos olores que los vecinos no aguantaban.

El final del zorrito y su historia ya no conocimos.






















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