POLÍTICOS,
LOS DE ANTAÑO
Daban
algo, hoy se llevan. La primera vez que vi un mitín en nuestra Casa
Consistorial, todo eran alabanzas al pueblo con palabras muy bien adornadas que
no se les entendía nada, ni falta que nos hacía.
¡Qué
elegantes! ¡Qué bien hablados! ¡Cuántos
vítores y aplausos…!
Prometer
no prometían nada pues de sobra se sabía que si venían por algo era por una
cesta de manzanas reinetas, un tarrito de miel y un kilo de obleas para su
señora, señoría o lo que fuera,..
Aquellos
eran políticos desinteresados. Si se hacían una foto con alguien era con la tía
Triz, excelente bordadora, con el cura
porque era bajito y con algún espontaneo de calle que les cantaba “el mozo que
lleva el ramo”, “las bobás que "dí" mi suegra” o la fuente del avellano que se secó el año pasado.
De
vez en cuando el alcalde movía el hombro, se le aplaudía a rabiar y se decían
por lo bajini unas cosas que como no había redes no te las quiero contar.
Uno habló en la Plaza del Padre Arsenio y todo el mundo levantó el brazo menos
alguno que sudaba tanto debajo de los sobacos y no quiso mostrar sus vergüenzas.
Vergüenzas de “na”, pues los potingues que hacían en la farmacia no las
propagandas que llevan hoy día.
Pero
acabaron los discursos y yo me quedé perplejo cuando a las gentes mayores les oímos: ¡Qué caigan las pesetas! ¡Qué caigan! Y es que la costumbre era como las de los bautizos: Tirar
dinero a la “rebatina”-Andar de un lado para otro en busca de lo que cae-. Y
allí en un momento la muchedumbre se fue toda al suelo a ver quien cogía las cuatro
monedillas que tiraban. Las peleas eran monumentales mientras las monedas
saltaban de unos a otros como si fueran palomas “d´a pejeta”
VOLVIENDO
AL PASADO
“T´a”
acuerdas que nos dijeron / Hay que barrer bien las calles
Que viene el Gobernador.
Vino
y nada. Ni no nos vieron…/De lo demás ni
te calles.
Años
después ¡A la calle! / Que ya está aquí el
gran señor..
Hoy
ya no caen las pesetas / Los euros serían mejor
Pero
al ser “tos” majaretas / De pueblo- que es un honor-
“Escondéivos “ las tarjetas, las tablets, el ordenador/ Y “pasaivos” por batuecos,…¡A que se vive mejor…! "Muscho, muscho mejó..."
Y ¿Cómo acabó el "metín"? Pues como sabían hacerlo muy bien los del Castillo, cantado: "Ya se murió el burro/ Que acarreaba las obleas./ Ya lo llevo Dios para el Soto y "pa" Cepeda/ Qué... bueno ya no me sé más...
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