EL SANTO HOSPITAL
Estaba en un edificio, hoy convertido en biblioteca, en la parte inferior de la Plaza, dando la fachada al sur y abriendo espacio hacia un callejón sin salida que partía de la Cruz.
Cuentan que tuvo hasta 12 camas con aposentos para el albergue y amparo de los muchos peregrinos y pobres que pasaban por aquí haciendo el camino de la ruta hacia la Peña de Francia y camino de Santiago. Se mantenía a base de donaciones y tierras, la mayoría en las Hurdes, que habían dado algunos devotos vecinos y que se fueron perdiendo con el tiempo; hasta que quedó a cargo del Ayuntamiento.
En su fachada había una gran cruz de madera con un farol pendiente de una cuerda, en los atardeceres a la hora que sale la mujer de las Animas, cuando empieza anochecer, existía la costumbre de bajar el farol con la cuerda, echarle aceite si necesitaba y encenderle.
--¡Silencio-ha llegado el trovador!—
LA HISTORIA DEL SANTO HOSPITAL
Pongan todos atención.
Que el trovador ya recita
Miren la composición
Y tomen su agua bendita.
(Peromingo hoy se ha convertido en guía de un grupo de amigos que quieren con él conocer un poco la historia de su pueblo. Se ha disfrazado con hábito marrón de monje y cubre su cabeza con capucha. Acaba de salir de dentro de la biblioteca.En su mano derecha lleva una especie de gran estandarte formado por un gran varal, del mismo cuelgan una campanilla para poner orden y silencio, una concha con agua bendita para que se puedan santiguar al comienzo los oyentes y un limosnero para limpieza de “tacos” y malos pensamientos (ej. irse sin pagar de un lugar). El varal termina en lo alto a modo de estandarte de madera, es una COMPOSICIÓN-COLLAGES:”El SUEÑO DE ISMAEL BLAT- I.B-012
Las viejecitas que acaban de llegar y salir del cuadro de Ismael Blat, venían de Misa y pasaban por la Esquina del Tornero, en ese momento ha hecho su aparición La Mujer de las Ánimas y han dicho:”¡Quisca, que vamos acompañándote! No corras” Mientras la mujer de la Ánimas tocaba la campanilla y recitaba su salmodia las dos beatas han bajado el farolillo de la puerta del Santo Hospital, lo han encendido y permanecen escuchando a Peromingo. Este comienza a recitar.
Cada dos versos da un fuerte golpe(el ruido asusta a los presentes) con un palo sobre el estandarte de madera que representa la composición.
Y esto fue lo que allí se dijo para provecho y conocimiento de todos sus oyentes:
Dicen que tuvo terrenos
Olivares, donaciones / (no olvides el golpe)
Y sus fines eran buenos
Peregrinos, oraciones.
Caminantes, pordioseros.
Gente devota a Santiago.
Humildes hojalateros.
Un buen sitio para el trago.
El descanso, limosneros,…
No le faltaría halago.
Con los años fue perdiendo.
Y ocurrió “en una de dos”
O te siguen manteniendo
O eres Casa de por Dios.
Recuerdan niños de entonces
Ver bajar su farolillo
Luz de mucho y poco brillo
Y no más de…,¡hasta las once!
¡Caminante el hospital
Es humilde y noble estancia
De Santiago a la de Francia
Guadalupe o Portugal!
Llovió y nevó. Mal se emplaza:
Ni de albergue, ni posada.
La Cruz la traen a la Plaza.
El hospital, ya, para nada.
Si lo que da, ya es jaqueca
¡Pues que vuele el pensamiento!
Se hará una gran biblioteca.
De lo demás dirá el tiempo.
¡Con qué, señores, ya saben!
Si la ceca va a la meca.
Al tiempo que a mí me alaben (señala el limosnero)
Lean mucho que no peca.
(Recoge y “va se” para dentro). Vuelve Peromingo y con lo recaudado, parte con sus amigos-oyentes a contar las columnas (cañitas) que hay en torno a la Taberna. Ya que el programa responde a la serie:”Dando vueltas por la Plaza”. (El trocito del óleo, sobre los años sesenta es una de las mejores representaciones del Santo Hospital, el farol ya había desaparecido)
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