ESCENAS DE FIESTAS ALBERCANAS
Gracias a estas escenas de Margonsa, otras de autores que desconocemos y también de algunas que hicimos nosotros, podemos recordar algunos aspectos muy característicos de nuestras fiestas.
LAS ESCALERAS Las más altas y significativas las llevaba Sebastián, el padre de Alejandro, que eran los encargados de arreglar los cables o bombillas del trazado eléctrico del pueblo y la verdad que imponía verlos subidos a esas alturas. Otro tipo de escaleras más familiares y portátiles eran las que algunos vecinos utilizaban para ver la Loa. En la foto del Solano puede verse como estaban los palcos del atrio de la iglesia en algunas representaciones. Este tipo de escaleras también se utilizaba para cerrar la plaza y ver el toro. Pero la más llamativa y original era la escalera de tronco de roble con la punta hacia abajo. Se enlazaba a las columnas de la Plaza y se unían unas con otras con un fuerte enlazado de sogas. De la parte superior se dejaba caer un cordel para ayudar a subir con la mayor rapidez posible.
EL TABLÓN CON SOGAS Unido a lo alto de las vigas de madera horizontales de los soportales. Era un lugar predilecto para niños y jóvenes que querían ver bien el toro y una extraordinaria muestra de zapatos que no se estaban quietos
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LA CACHIPORRA Formada por un palo abultado en un extremo, propia de los pastores. En la foto se puede ver junto con los cencerros del pastor, la cornamenta, y el característico instalache del apuntador con la esquila para mandar guardar silencio.
EL -SUPER-TOLDO- Para evitar el fuerte calor y acomodar más a la gente principal el toldo con sus cosidos y descosidos tenía que salvar los fogonazos de la serpiente, que si llegaban, que si no llegaban...divertido adivinar pueblerino.
LA SUERTE DE MATAR Si acertaba el torerillo el problema estaba solucionado y si no había que recurrir a la maroma. Una de las columnas del teatro tiene un agujero para pasar la fuerte soga. Sólo faltaba ver quien era el guapo que le arreaba la puntilla y pese que había buenos especialistas en el pueblo jugarse el tipo era comprometido.
LA SERPIENTE DRAGÓN Fueron los Tiburcinos durante muchos años los encargados de poner “la tralla y metralla” que necesitaba el singular dragón. Se ve en la foto que hay que conocer el oficio para hacerlo de modo que la serpiente silbe y escupa pólvora, asustando al máximo y sin dañar a ningún espectador (demonio incluido)
EL SEÑOR FOTÓGRAFO Venía de la gran ciudad, y tenía el arte de colocar a los agraciados de modo que estando en las fiestas de la Alberca podían presumir de otro escenario especial, caballito incluido si era para niños. La curiosidad por ver a este señor que se tapaba la cabeza y daba la orden oportuna hacía que alrededor de él siempre hubiera curiosos esperando, que saliera el pajarito o esperando el turno siguiente.
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