EXPLENDOR
PRIMAVERAL
-EL
JARRONCITO DE FLORES-
Hay
pueblos, hay lugares que por estar en una zona especial –Batuecas, La Alberca,
Peña de Francia- disfrutan a lo largo del año, excepto los llamados tres meses
de infierno, de naturaleza sana y privilegiada.
Duros
fueron los días de nieblas y nieves, de manos “engarañadas” a los pies de un
castaño, del duro trabajo de tan mineralizada
y pedregosa tierra de labor.
Pero
de pronto surge como un estallido celestial, el resurgir de la nueva estación.
Las
nieblas quedan para las proximidades de Salamanca y en la Sierra de Francia
amanece con unos cielos azules y brotes primaverales tan especiales que da gusto
estar en todos sus contornos.
Los
campos se llenan de “campaninas”, por donde corren los juguetones regatos.
Hay
que ir de romería a Majadas. La comida
en el campo apetece ya más que en casa.
Y
si sales por los alrededores que lindan las tierras del pueblo, verás a esa joven serranita que vuelve a casa con su tez
roja y en su mano asiendo junto al pecho un hermoso ramo de flores que acaba de
cortar.
“Mira,
nada más que llego a casa, cojo un jarroncito, le echo agua y allí las pongo,
para alegrar el campo-casa durante varias semanas”. Vuelve la naturaleza a casa.
Y contigo que eres la más hermosa flor, le decimos, la mayor alegría. Sonríe,
baja la cabeza y nos dice.”Condió”
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