viernes, 25 de marzo de 2016

ESTAMPAS DE SEMANA SANTA


























































ESTAMPAS DE SEMANA SANTA

Quizás las dos fotos que son para mí de las más significativas de estos últimos años –aparte de la figura típicamente burlesca de Juítas-, son estas dos que se publicaron  en Temas Españoles.
La del Santo Entierro,  pasando por los campos y rodeado de castellanos con rostros de mirada profunda; hombres ataviados con sus clásicos capotes, capas y portando velas o  hachones de cera encendidos. Apiñados junto al luminoso sepulcro y librando con sus manos que el viento no apague la luz de su fe cristiana.
Detrás la Dolorosa ¡Qué pena que no se pueda ver  con más claridad las caras de aquellas mujeres albercanas que con pañuelo a la cabeza y anudado al cuello, algunas parecían virgencitas  y otras mostraban sus  caras arrugadas pero frescas de tez pese al paso del tiempo!
Todo el pueblo acudía a  la procesión, caminos y carreteras vacíos y si quedaba algún rezagado al fondo echaba la caballería a un lado y esperaba con la cabeza descubierta y la mirada ocasional ver pasar al amplio cortejo procesional.
De pronto, el monótono pisar sobre el duro empedrado de granito se silenciaba ante las agudas voces femeninas que llegaban del fondo de una de sus calles, el perdona tu pueblo Señor; retornaba el silencio y ya en las inmediaciones del templo machacaba sus hierros y martillos la tradicional Carraca que se colocaba en lo alto de la torre de la iglesia.

Llegaba la Resurrección. En pocos sitios como en La Alberca volvían a sonar con tal fuerza las campanas, los cohetes, el tamboril y la flauta. Surge de nuevo “el esto se ha hecho así de toda la vida”, con el clásico porrón, la agradecida bota de vino, el baile suelto “como Dios manda” y hay que “encetar” el hornazo en las Eras Chicas. Vemos a Chagüe tocando con maestría el tamboril y la flauta, y para descansar un poquillo mientras se compran unos “cartones” había que bailar “la campanera”, comprar unos cucuruchos de chochos y…¡cómo no! darle el pendón a unos niños que te miran con caras de picardía y futuro.  La tradición manda.


Junto a las anteriores fotos hay también otras muy apropósito para esta época que nos gusta recordar.


























































































No hay comentarios: