ESTAMPAS DE SEMANA SANTA
Quizás las dos fotos que son para mí de
las más significativas de estos últimos años –aparte de la figura típicamente
burlesca de Juítas-, son estas dos que se publicaron en Temas Españoles.
La del Santo Entierro, pasando por los campos y rodeado de
castellanos con rostros de mirada profunda; hombres ataviados con sus clásicos
capotes, capas y portando velas o
hachones de cera encendidos. Apiñados junto al luminoso sepulcro y
librando con sus manos que el viento no apague la luz de su fe cristiana.
Detrás la Dolorosa ¡Qué pena que no se
pueda ver con más claridad las caras de
aquellas mujeres albercanas que con pañuelo a la cabeza y anudado al cuello,
algunas parecían virgencitas y otras
mostraban sus caras arrugadas pero
frescas de tez pese al paso del tiempo!
Todo el pueblo acudía a la procesión, caminos y carreteras vacíos y si
quedaba algún rezagado al fondo echaba la caballería a un lado y esperaba con
la cabeza descubierta y la mirada ocasional ver pasar al amplio cortejo
procesional.
De pronto, el monótono pisar sobre el duro
empedrado de granito se silenciaba ante las agudas voces femeninas que llegaban
del fondo de una de sus calles, el perdona tu pueblo Señor; retornaba el
silencio y ya en las inmediaciones del templo machacaba sus hierros y martillos
la tradicional Carraca que se colocaba en lo alto de la torre de la iglesia.
Llegaba la Resurrección. En pocos sitios
como en La Alberca volvían a sonar con tal fuerza las campanas, los cohetes, el
tamboril y la flauta. Surge de nuevo “el esto se ha hecho así de toda la vida”,
con el clásico porrón, la agradecida bota de vino, el baile suelto “como Dios
manda” y hay que “encetar” el hornazo en las Eras Chicas. Vemos a Chagüe
tocando con maestría el tamboril y la flauta, y para descansar un poquillo
mientras se compran unos “cartones” había que bailar “la campanera”, comprar
unos cucuruchos de chochos y…¡cómo no! darle el pendón a unos niños que te miran
con caras de picardía y futuro. La tradición
manda.
Junto a las anteriores fotos hay también
otras muy apropósito para esta época que nos gusta recordar.
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