SIN LA PEÑA DEL HUEVO
Si lo que pretendes, José Sánchez
García, es que no se vea la Peña del Huevo, en verdad lo has conseguido. Pues dicen que esta atrevida
luna en las noches de cielo azulado y ansiosa de estar llena y completa del
todo, se va a escondidas a dar una vuelta por los campos salmantinos y abandona
la Peña de Francia. Son las confesiones de un toro que la ve crecer esperando
el amanecer de sus sueños. Después los fuertes gemidos y terribles y atronadores “múus” en la noche, retumbarán desde los extensos campos de Tamames a estrellarse en los duros peñascales de la Peña
de Francia.
-¡Excelentes!, sin más que decir-
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