TIEMPOS DE TRAVESURAS
Cuando en La Alberca se le para los pies
al turismo de un día alocado se abren los grandes caserones que cerró el crudo
invierno y resurge la vida popular de sus huertos y cortinales. ¡Qué peligroso
es tener un cerezo a la vera del camino! Los huesecillos del suelo delatan al
infractor; cuando este es un niño y los huesecillos están secos y limpios-¡ojo
que un exceso de cerezas pueden producir colitis!- los recoge y guarda para
posterior momento.
Con una ramita se hace una horquilla y
con una gomita unida a la misma una estupenda arma arrojadiza. Sólo hay que
esperar que se asome una lagartija –animal protegido-, para estirando la
gomilla lanzarlos lo más cerca posible. Si hay un gatito callejero que está
dormido en un rincón se afina un poquillo más la puntería.
¡Niño, no seas malo! Y encima contesta
el rapaz: “¡Me encanta ver la velocidad que en un segundo alcanza el asustadizo
animal!
Estas bromas o travesuras las inician
los mayores al colocar al pequeñuelo ramilletes
de cerezas en sus orejas. Las guindas también pueden servir de pendientes pero
son menos dulces y menos amigas de los pajarillos, eso sí en un tarrito con
aguardiente se conservan muy bien para probar los días de invierno.
La romana fue un curioso invento para
pesar en una socorrida venta callejera. Y ante estas picotas ¿quién se detiene?
¿Me pesas un kilo?, quiero ver cómo funciona el curioso aparatito.
-Eso está hecho. ¿Ves la señal? El Kilo.
Bueno, pues ahí va una rayita de más.
Todavía hay quienes aprovechan sus
salidas domingueras para llevarse de nuestros pueblos productos puramente
naturales, chorizos, cerezas, dulces, mantecados caseros, nueces, castañas,…
Llega el verano con la noche de San Juan.
En tiempos pasados era época de “desafíos”.
Qué sí…-el sanjuán del Barrionuevo es
más alto que el de la Barrera. O que sí, estos “agatan” mejor al “sanjuán” que
los del Tablao. Y ya sabes al anochecer te espero pero con mucha “hornija” ¡eh!:
¡A saltar las hogueras de las calles!
Y el mejor “desafío” era a ver quien
subía más alto, a tocar “la capullina” del de la Plaza.
Hoy, para evitar “los desafíos”-¿?-Con
un “sanjuán” y una hoguera en el centro de la plaza tenemos bastante. ¡Ah!.. Y
que cada uno se traiga sus propios “turruletes”!
Luego más tarde cuando la oficialidad del
acto y la representación del Jazz haya terminado alguna que otra travesura se seguirá haciendo entre amigos. Y en el
silencio de la noche alguien preguntará: ¿Cómo se hacía el lanzador de sauco?
¿De sauco? Si hombre cuando el sauco
está seco se corta un trozo de 8 a 10 centímetros y se le saca la pulpa de dentro
con un alambre. Después se corta un palo de la misma medida con un tope en un
lado. Se hace una bola de cáñamo o de estopa. Primero se mete una y después se
empuja con otra. Al comprimirse el aire
sale la bola que se las pela. Pero…¡Apunta “pa” arriba ,eh! Me alegro que me hayas recordado este curioso
lanzador que le tenía tanto aprecio. La cascara de fuera se le quitaba al sauco
y quedaba de suavito…Con unos cuantos de esos vencimos a los franceses que
pasaban por la Senjá y venían de “agatar”
al cerezo del señor Güina de la entrada del pueblo.
Paz y gloria en estas fechas.X-Clic en imágenes para completarlas
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