martes, 15 de agosto de 2017

ESPERANDO AL TORO- LOS R. T.-




















ESPERANDO AL TORO -Los R. T.-Recortadores albercanos-

EL DESPEJO PLAZA
Hoy ya no hace falta que salga el alguacil a echar un bando para que se retiren los mozos y mozas que se lo pasan en grande BAILANDO SUELTOS mientras llega el momento del Toro. El tamboril deja de tocar y ya se sabe..,
El grupo de jóvenes que estaba tarareando canciones en la taberna con “el a mí me gusta el pim-pi-ri-pin-pin de la bota empinar, se entera y deja ya el pim-pì-ri-ri-pin-pin” para después de los toros con jamoncito serrano  y café con montañita de obleas o turruletes de Mari Luz o de las hijas de la Primi.
De un momento a otro sonará “el rejete” con el coro de silbidos correspondientes.

LOS RECORTES ALBERCANOS- LOS  RECORTADORES

Hoy los mozos albercanos ya no van a buscar al toro, ni lo traen en capea hasta el” Prao Mellina”. Lo sueltan por la mañana y marcha el desenjaule  hasta los corrales de la Plaza  mayor.
Hay que decir, que los toros actuales, son toretes más seleccionados y ya nadie va con la tradicional cayada, ni monta sobre las columnas la clásica escalera de madera del sube y baja, agarrándose a una cuerda que pendía desde lo alto. Fue en la década de finales  de los  sesenta cuando Juan José salía a la plaza a realizar esta actividad con la mayor soltura que se había visto hasta entonces. Juan José era hijo de un portugués casado con una albercana y  hermano de dos guapas mellizas. Como sus padres eran turruneros y   acudían a vender sus productos de feria en feria, él nos contaba que había perdido el miedo al tener más de cerca a este tipo de animales. Levantaba los brazos en alto, llamaba al toro, iba hacia él marcando un círculo y le engañaba con un movimiento de cintura. Hasta entonces los grandes toros que se traían no permitían este tipo de acercamientos e incluso alguna vaca conocía mejor que Juan José las diferentes plazas de nuestros  pueblos.  Con el tiempo algún torero albercano como el Roque ha venido destacando y hoy la gran promesa es Valentín Hoyos. Hay que tener en cuenta que el suelo de la Plaza mayor es de piedra y no facilita en nada las carreras tanto para los mozos como para las reses que se lidian. Desde Juan José para acá ya son muchos los jóvenes que destacan burlando la embestida del toro con su cuerpo bien en carrera, en círculo y  con salida airosa. O bien realizando los mencionados quiebros con la cintura e incluso saltando por encima del toro.  Los antitaurinos no se oponen a este tipo de práctica de habilidad engañosa porque dicen que toro y torero salen en igualdad de condiciones. Esperemos que en las plazas de toros de primera y segunda se promocione esta actividad con la suelta de un toro  en algunas corridas para evitar la monotonía de pases y pases sin variedad que a veces cansan. El salto a la garrocha es bien conocido por los cuadros de Goya. Los nuevos emprendedores buscan sacar  adelante la enorme torería que tiene Valentín Hoyos y promocionar a estos saltadores albercanos que lo hacen muy requetebién.

Empezó por los sesenta. / En las fiestas de La Alberca.
Citar al toro de cerca
Y burlar su cornamenta.
Cara a cara, cuerno y pecho./ Haciendo el quiebro con arte.
Marchándose a otra parte
Y saliendo bien del trecho.

SON AUTÉNTICAS ESCENAS DE BALLET TAURINO
QUE SE  PRECISAN PROMOCIONAR A PLAZAS DE  PRIMERA.







































































































































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