TOMA CASTAÑAS
Es tiempo de castañas y a veces también
de añoranzas, de recordar a aquellas abuelas que en otoños fríos se pasaban su
tiempo en la cocina contando cosas a los críos que esperaban con ansiedad la
sorpresa que les iba a preparar.
CASTAÑAS COCIDAS
Puñadito de castañas. Con pequeña
incisión a cada una de ellas en una de sus esquinas –faena propia de mayores
para que estos no se corten la yemita de los dedos-.
Cazuelita con bastante agua, donde se
echan las castañas un buen tiempo a hervir, sobre
unos quince o veinte minutos ;
acompañadas de dos cucharaditas de anís verde en el agua.
Cuando han hervido, se saca alguna para
ver cómo van. Tiramos el agua de la cazuela y se dejan allí las castañas para
ir sacando una a una.
Una vez que han hervido bien con la
navajita, o cuchillo ya, y con una cucharilla, se va sacando y comiendo el
interior de la castaña.
¡Bocato di cardenali!
Si hay alguna persona mayor y queréis obsequiarla con una copita de anís
dulce.
Esto ya es…¡Bocati di Papa paporum de
Roma!
PILONGAS
O SECAS
-Dígaselo con coplas, mientras tú bebes y soplas-
Para que sean pilongas / Extended en un
sequero.
Pero
¡chico! No te expongas.
Que
el humo es muy traicionero.
Pueden llegar los bomberos / A la puerta
de tu casa
Con
modales algo fieros
Y
decirte: ¡Aquí qué pasa!
“No sabe que está prohibido / Que se
quemen los rastrojos”
El mensaje es
recibido
No falten los
buenos ojos.
El humo, señor bombero / Es para que las
castañas
Emerjan
como yo quiero
Sequitas.
Esa es mi maña.
Después las meto en un saco. / Lo
zamarro contra un poste.
Y
esto para que conste
¡Mire
usted que linda cara!
La cáscara se separa. / El toque ha sido
certero.
Y ahora después
ya las saco.
Pruebe
una…forastero
Le juro que en Salamanca / Ni en provincia
o capital
No hay “pilonguita”
más franca.
La Alberca es…¡Monumental!
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