EN EL DÍA DE LOS
DIFUNTOS
Es el día de
difuntos / No digan que luce el sol
Ni me pongan punto y coma
Y menos que haya arrebol
La eternidad sí, se asoma.
Fueron primero
amarillos /-El arte te los presenta-
Serán polvo y ya sin brillos
Ceniza. ¿Quién te lo cuenta?
Tú Dios, que si
eres cristiano / Y con fe, te lo creerás
Y
crearán; nada en vano.
A los demás… no verás…/ Más la fe mueve montañas.
¿Entonces?... ¿De qué te extrañas?
Nos inquieta el
tiempo. Y esas tardes de noviembre, que nos parece que lo estamos perdiendo.
Encima nos cambian la hora. Lo que hacías ayer, no lo puedes hacer igual hoy.
Pese a que siempre se hace lo mismo.
Por eso, nos
inquieta el tiempo.
Aún es pronto
para hablar y sentir la primavera. Estamos empezando el proceso.
Nos hace falta
que llueva, que haga frío, que nieve.
¡Iluso! Como te
crees todo lo que te dicen, luego hará lo que el tiempo quiera y empezaremos
con las comparaciones. “Hoy hace menos frío que ayer, pero más que mañana.
Estamos en el
tiempo de decir todas esas cosas y más…
¿Sabes como
llaman en La Alberca, cuando abres un
higo seco y dentro metes un trocito de nuez? Unión, no. Matrimonio, tampoco.
Entonces ¿dime?
Pues mira lo llaman Casorios. Es decir
que casan bien una cosa con la otra. ¡Tiene castañas, la cosa! Ni comen-tarios.
Ya lo has dicho. Vale: CASORIOS
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