miércoles, 8 de noviembre de 2023

LA CASA DE LAS PALABRAS DE JOSÉ LUIS PUERTO

                                                                                                                         
























LA CASA DE LAS PALABRAS

     DE JOSÉ LUIS PUERTO

Quienes hemos nacido en La Alberca, sabemos que nos gusta entrar o salir del pueblo por la calle del Tablado. Hoy la calle más abierta al mundo. Y ayer, la entrada a un mundo especial de costumbres y vida tradicional.

A unos cien metros de la entrada al pueblo, casi al lado de la Fuente de la Balsada está la casa que fue del señor Pablo.

Del abuelo de Pablo de José Luis, que le enseñó a contemplar y vivir el mundo de su entorno. Y donde él se formó gracias  a las vivencias que le transmitió su madre Dolores. Tías Carmen y Vicenta, extraordinaria maestra que le impulsó en el mundo de los estudios, profesión y hoy edificados en los libros publicados y en esa gran Casa de las Palabras que él posee.

Merece la pena escuchar esta entrevista que acaba de hacer en Radio Nacional y adentrarse en esos poemas y libros que José Luis invita a leer y compartir.

Pienso, siguiendo el mensaje de sus poemas que él es el mejor guía “ de ese alguien que nos deletrea de continuo”.

¡Qué significativo es ese verbo “deletrear”! Pronunciar por separado cada letra, cada sílaba.

Siendo una persona como él es, que tiene ese especial don de recibir y recoger las palabras que forman el cimiento de nuestras casas. Es nuestro mejor deseo seguir sus pasos que con sus libros y poesías nos guía. Y compartir las inquietudes de poeta constructor y edificador de ese gran edificio que es la Casa de las Palabras

En su Libro Ritual de la Inocencia, su poema Eso me Basta, se ofrece, alma muy albercana a compartir su Casa: Sí la comparto plena con los otros/ con los demás/en el fulgor del mundo./ Eso me basta./ Eso me purifica / para poder hacerme ofrecimiento/ Y cumplir mi destino//.

En  esos valores de raíces muy albercanas, reside su ética tan señalada “ En la exaltación  de lo desnudo y desamparado, en términos como la pobreza, de lo desprotegido, de lo precario, de lo menesteroso, de lo humilde, pequeño, de lo sencillo, de lo efímero, de lo mínimo, de lo esencial, de lo desnudo.”.Y sobre todo en la culminación de ofrecerse, de resaltar la soledad humana, el puesto del hombre en el cosmos.

Y mientras estábamos sentados en un poyete, junto a la fuente de la Balsada nos vinieron a la memoria los versos de ese poema tan albercano:

Al pie de una fuente fría / me puse a considerar / que pocos amigos tiene / el que no tiene que dar”

Dar más vida, más ilusión, más luz, más  inquietudes, ¡Y como no siendo sinceros!- más “patacones”- moneda que valía diez céntimos y usadas por los árabes en el Medievo y en La Alberca cerca de los años de 1950- ESCUCHAR

 



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