LA ALBERCA QUE
NOS PRECEDE
Una frase
curiosa y muy propia de nuestros días, que
nos vendría bien para comenzar este escrito, pudiera ser, esa de:”cada cual con su cada
cuala”. Nosotros no estamos para admirar al mundo. Es el mundo quien se tiene
que admirar de nuestras pequeñas cosas.
La Alberca no
tiene grandes monumentos, catedrales, iglesias, museos,…La Alberca es
simplemente UN PUEBLO, con sus calles, plazas, fuentes, rincones,…Un pueblo con
su forma de vida tradicional que ha ido adaptándose poco a poco a la forma de
vida actual. Pero quedan vestigios de un pasado muy admirado, fiestas,
celebraciones, formas de vida, costumbres,… Me decía un amigo escritor la grata impresión que tenía del pueblo y que
recojo en párrafo aparte.
En Las Ideas,
artículo de Luis García Montero de hoy 24 de septiembre de 2024 entresacamos:”
Mejor es llenar las plazas con mucha gente de distintas generaciones para
hablar de una cultura que convierta las quejas en la imaginación de un futuro
mejor, más limpio. Los diálogos generacionales son más necesarios que nunca en
esta existencia de prisas, con desapariciones de la memoria y olvidos del
porvenir. Aunque no lo sepan, van de la mano los jóvenes adánicos y los viejos
cascarrabias. Aquellos que no quieren recibir ninguna herencia del pasado se
parecen, mucho a los que niegan el paso del tiempo, la existencia de un mundo
nuevo más allá de sus viejos poderes y
sus prebendas. Pensar la democracia es citarse en un ágora, preguntar
desde el presente por las realidades del futuro. Todo lo contrario hacen los
que se sitúan en su pasado o en su futuro para decirnos cómo debe ser el
presente”
Ahora dando voz
al silencio que nos aleja de la distancia pero no del Alto del Arrol´huevo
llega así por las buenas nuestro trovador que trova:
“Yo me subí a un
ciruelo / a coger cuatro castañas /Y al verme dijo el abuelo/ Mira a ver cómo
te apañas. // Al ciruelo, abuelo / tendré yo que subir / Porque si no las sus nueces/ Oiré que me dice “aluego”
/ que van en las faltriqueras / de los que no son “d´aquí”./
Yo he visto a un
forastero / Que iba comiendo una pera /Y
cuando pasó a mi vera /¡Vai! que “ me-se “ echó a reír // Agataba tan certero /
mejor qu´agatan aquí”/ que dejan que las ciruelas / se pudran por no subir. Yo
le he dicho a mi “aguelo” / Que no se vaya a enfadá / porque digan “ka” a su
nieto / No vale para “agatá”. La “curpa” es de Salamanca /Q´allí se va a
estudiá / Y que debe ser tan manca / Que no s´aprende al agatá.
Pero tú, si
jovencita / sabes d´onde está Majada / No hace falta agua bendita / Porque
sabes Agathá / con esa Ruíz de la Prada , //Y decir no cabe más
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