SU
NOMBRE ERA LA “CRÚ”
Su nombre era “La Crú” / Y con eso ya es bastante.
Que
en el pueblo, pueblo nuestro. / Es lo más significante.
Se merece un Padrenuestro.
Por
su cultura. Generosidad, entrega. Por su vida completa de religiosidad, vida y
tradición.
Creo
que es de las últimas albercanas que seguía llevando su ropa tradicional que
tanto nos distinguía.
A
mí no se me olvida la frase que siempre me dirigía: “Espera que te cuente…” Y muchas
de las cosas que me contaba, debía de haberlas recogido. La más significativa que
recuerdo: “Yo siempre que voy a la Iglesia, tengo un sitio preferido, si puedo,
me pongo encima de la piedra de la sepultura en que están enterrados mis antepasasdos”
Y así era.
En
su vida diaria era una persona que se entregaba por las cosas de su pueblo con mucho
entusiasmo y satisfación.
Si
no recuerdo mal, fue la primera persona que se hizo cargo de la biblioteca
municipal y yo le decía: “ Crú, qué bien lo vas organizando todo” Y entre bromas me decía: “como tú nadie
ha puesto aquí las inyecciones” Tenía que convencerla que eso era de paso y… “¿No
me ves que tengo cara de profesor?” Y seguíamos hablando de libros, de costumbres
y cosas de nuestro pueblo.
Vivió
muchos años entorno al Solano, en las cercanías de la Iglesia, que era como su
segunda casa para lo que hiciera falta.
Bien
se merecería que la biblioteca tenga un pequeño recuerdo. Ella era una persona
que no se movía por interés, sino por entrega y labor.
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