miércoles, 15 de enero de 2025

TIEMPOS AQUELLOS… DEL SUPERMÓVIL DE LUISA ----- A LOS MÓVILES HOY DE TODOS…


 








TIEMPOS AQUELLOS…

   DEL SUPERMÓVIL DE LUISA

   A LOS MÓVILES HOY DE TODOS…

Que nos perdone Luisa si encabezamos nuestro escrito para denominar los tiempos aquellos que tuvieron en nosotros tanta influencia.

A la pregunta de los Reyes, el jovencito ya muy orgulloso, te dirá: les pedí un móvil y ya lo tengo.

Hace algunos años, la ilusión nunca falta, “el mozo albercano”, contestaría yo con un  “auto” delante, me conformaría. Lo que traducido en deseos de antaño querría decir un “haiga”, vamos un cochazo Dodge. Ya conocemos el porqué de la denominación de automóvil.

Pero siguiendo con el lexema móvil y dejando en paz el  prefijo “auto”. Los albercanos sabemos que ha tiempo que las hermanas Roncero tuvieron un servicio telegráfico –(tele=lejos; grafos= escritura) Y llegó la modernidad. La “brea” llegaba a la Casa del Arquitecto; don Saturnino ponía los domingos cine con dedo incluido y pitada en tales actos; Sergio vendía “pirulies”; Gabi subía el baile de la plaza al salón, con madres que seguían los pasos de la joven chica; seguían saliendo los “escancianos”; Jesús tocaba el himno nacional en la Misa Mayor de los domingo, hasta que se fue y se acabó el darle al  “fuelle”, que nos encantaba: comenzaba la ola que a los niños se los llevaban a los seminarios y las monjas nos dejaron también sin niñas. Hasta que unos y otros empezaron a salirse Y la Modernidad estaba en la Centralita de Luisa, al ladito de la Casa-hospedaje del señor Belisario y la Señora María.

-Dile al Juan, que a las siete donde La Luisa- Pero antes había que avisarle gracias al Super-Movil que tenía Luisa.-La centralita a veces hacía de las suyas, el viento de la dehesa, “la tronera”, los de Sequeros y para ya de contar…

 -Madre acérquese donde el Quisco que a las siete le van a llamar de Moratalaz por “me” el pedido de chorizos-

-Bueno, quédese al tanto que voy yo.

Aunque había ya unos cuantos teléfonos particulares. Luisa tenía su buen Super-









móvil, el de avisar, el de subir, bajar, el de acércate más que te hablan,…

Post-data: Es bueno recordar la historia del pequeñito móvil que hoy tenemos “cuasi-todos” y por los cincuenta lo hacíamos manual con un bote, un agujero y una cuerda que salía de la boca de uno a la oreja del otro…

¿Me oyes?........¡Cómo no te  voy a oír! –si me tienes al lado.

“Pos, vete hasta la Callejina…” Y desde allí me cuentas.

Sí, “pa ´que” me muerda el perro de Garrapina y ya me dirás.

-¡Qué Dios nos pille "confesaos"!- Perdón: confesados.

            Te lo cuenta Isidro, bien o mal ¡como salga!, pero con muchísima ilusión, es la Historia viva de nuestro pueblo.







 















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