CUANDO DIGO BATUECAS- POR LUCIANO BARCALA
CUANDO
DIGO BATUECAS
EN
EL JARDÍN DE UN MONASTERIO
¡Cuántas
veces el médico de La Alberca tenía que bajar a Batuecas porque algún fraile se
había puesto enfermo, por allá por los años sesenta del pasado siglo! Don
Luciano lo hacía con muchísimo gusto, aunque le tocara esperar algún tiempo al
estar haciendo los frailes sus oficios religiosos. En la Fuente de las
Conferencias su acompañante que a veces fui yo le esperaba. La visita al doctor también le
servía para sentir en el hermoso lugar
las poesías de San Juan de la Cruz, que tanto le inspiraban. Y él, en el encantador
jardín sacar el bloc de recetas y por
detrás de alguna de ellas poetizar el momento. Esta poesía la recogí de una de sus recetas que estaba
incompleta y me dije voy a tener la osadía de terminar algunos versos inacabados
y como creo que no ha quedado mal la publico con el máximo respeto de haberlo
hecho bien.
Las
visitas nunca se las cobraba, ellos sí, eran generosos y en la época de los deliciosos caquis le regalaban una
cestita de ellos. A mí los caquis no es que me gustaran mucho. Pero sí, lo que
me agradó fue un refrán que me ilustró un vecinete de mi pueblo. Y ahí va: “ El
que come caquis y besa a una vieja, ni come ni besa”. ¡Hay que ver!, sin queja
alguna, lo que es la sabiduría popular al conocer también las cosas y las frutas cuando están “mu”“maúras” El que
come caquis….-Bueno no repitas…
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