Las obleas de La Alberca
son panecillos del cielo
que se comen a cachitos
mientras te chupas los dedos.
Las inventó San José
para su Niño pequeño.
La receta me la sé
lleva harina, azúcar, huevo,...
Al partirlas hacen ¡clic!
¡Coge trocitos pequeños!
Y sigue haciendo ¡clic!,¡clic!,
¡Qué bocaditos más tiernos!
Bendecidas siempre están
por el cura y por su dueño
y también por muchos san
tos-taditas son un sueño.
Si te fijas el adorno
es el escudo albercano
que grabó con mimo al horno
su creador artesano.
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Y si quieres buena masa
con su ¡clic!,¡clic!,que hace gala,
no lo dudes esta casa.
Hasta su calle lo avala.
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