LA ALBERCA Y EL ARTE- POR LUCIANO BARCALA
La bailarina Elvira Lucena aprende la danza típica y adquiere un valioso “traje de vistas”
DESPEDIDA
Con la emoción de la madre que ve partir a su hija en boda ventajosa –lágrimas y sonrisas entremezcladas- hemos presenciado hoy los preparativos de una partida. Y hemos sentido este doble regusto de las lágrimas en amasijo ardiente con las sonrisas dulces de lo grato. Tristeza de partida con alegría de promesas triunfales.
Hoy se nos va de La Alberca uno de los poquísimos “trajes de vistas”, esa joya de traje regional que una persona tan autorizada en la materia como Ortiz de Echagüe ha calificado como el más rico y hermoso de toda España.
Se nos va. Y nos ha entristecido pensar que ya no lo veremos más en ningún ofertorio ni en ningún acto festero. Y al pensarlo la tristeza se nos ha metido muy hondamente. Pero…menos mal…su marcha nos ha consolado las manos que son portadoras.
A nosotros que hemos visto partir con pena tantas y tantas cosas llevadas por “anticuarios” y curiosos, porque las veíamos partir en salto peligroso hacia lo desconocido, las manos que se llevan hoy “nuestro traje” lo llevarán en brillante exposición españolista por tierras propias y extrañas.
Y al verlo partir hemos pensado que si es triste vernos privados de él es preferible verlo así marchar íntegro, pleno de autenticidad que no desperdigado en prendas vendidas al azar ni cumpliéndose la ya real profecía del mismo Ortiz de Echagüe de que en varias sucesiones “se desperdigue entre dilatada parentela que hace su reunión cada día más difícil”. Se nos va un “traje de vistas” y nos lo lleva la gran bailarina española Elvira Lucena.
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