LA BAILARINA ELVIRA LUCENA
Pero Elvira Lucena sabrá lucirlo y prestigiarlo. Cuando su esbelta figura lo presente en los escenarios españoles y extranjeros, lo exhibirá con la misma emoción que la madre luce las gracias de su hijo.
Porque Elvira no sólo se lleva el traje sino que también se lleva en próvida reencarnación todo el ritmo de la danza albercana.
Ella ha sabido recoger ese ritmo lento y casi religioso de nuestra danza serrana, y cuando ella baile con su traje de vistas, hará al que lo conozca acordarse de nuestro ofertorio a LA Virgen de la Asunción y por su mente pasará el Ramo de mozas con sus “relaciones emotivas, sus ofrendas y sus mayordomos, y se oirá el tamboril, la gaita, el atronador estruendo de los cohetes y cuando ya el público absorto por este danzar casi mítico quede ensimismado, ella sabrá enardecerle con una nota ágil, alegre, movida aprendida de las lecciones de la figura nerviosa e inquieta de su maestro Guindilla”
Y en España se verá una danza auténticamente española, con un ropaje auténticamente español que hará ver que no sólo tenemos panderetas y trajes de torero.
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