domingo, 8 de septiembre de 2013

MEMORIA VISUAL DE LA ALBERCA: -IMPRESIONES DE ESTE SINGULAR MUESTRARIO


 Si quisiéramos definir la fotografía, como “una manifestación visual contradictoria” no sabríamos hasta que punto nos salimos del guión o estamos diciendo una gran verdad.
Rara es la persona que después de haberse hecho una foto no pone su pega correspondiente: “hubiera querido mejor de lado”, “siempre salgo con la misma camisa”, “ me tienes que avisar justo antes de hacerla”, “te pusiste bien pero ha salido movida”, “procura cogerme de medio cuerpo para arriba”... Como vemos esta manifestación visual y espontánea puede tener muchos “peros”.
 Por eso la aventura de embarcarse a hacer un álbum de fotos en torno a una familia o una localidad puede ser bastante comprometida “te la dio mi hermana, si me la pides a mi...esa foto no te la hubiera dado”.
Vemos ya como prima lo contradictorio, como la letra de esa vieja canción: “unos dijeron que sí / otros dijeron que no”.


EN TRAJE DE FAENA
El ideal de todo fotógrafo es fijar la instantánea en su momento oportuno. Y ese momento puede ser cuando salimos del trabajo, nos dirigimos al campo, a dar un paseo,.. Instantáneas que todos cogemos o nos cogen “in albis”, sin previo aviso. Y nos agradan o desagradan según el estado de ánimo que nos pille por la tal sorpresa.
 Hoy vamos armados con la cámara a todos partes haciendo fotos a diestro y siniestro y si a nosotros mismos no nos gusta que nos pillen en ciertos momentos tenemos que comprender que por los años más cercanos de la mitad del siglo XX, aproximadamente años cincuenta, a muchas personas no nos gustaba que nos fotografiaran en el momento más inoportuno. “Ni te piden permiso” y si “te la hacen no te la dan” son las frases más corrientes.
Pues bien, trasladamos estos pensamientos a nuestro pueblo La Alberca, con una arquitectura e indumentaria singular por aquella época.
 ¡Hay que ver como se ha puesto el señor Román, le han hecho una foto a traición!”. Y, sin embargo, él, cuando fue a visitar a la ciudad al Padre Arsenio lo primero que dijeron. “Tenemos que hacernos una foto para este recuerdo”.
DENTRO DE NUESTRO FAMILIAR ESCENARIO
 Por eso es verdaderamente difícil ver una foto de la colchonera en plena faena, del herrero herrando a una caballería, del alguacil un bando, del esquilador haciendo su trabajo en plena calle, del banastero enlazando lamas a la puerta de la cuadra de su casa, del animero con su cuenco de madera y un huevo en lo alto del mismo,... Todos, al instante, ponemos la mano en la cara, nos damos la media vuelta o si estamos en la puerta de la casa con el paño a la cabeza, nos tapamos al instante la cara.
Coger la espontaneidad es  tremendamente  difícil, admitirla más y publicarla (si no es con un permiso especial), comprometedora.
 Hoy, con los nuevos tiempos, nos vamos familiarizando cada vez más con las fotografías y si antes decíamos que “se iban a reír de nosotros”, los jóvenes en la actualidad se ponen con posturas de la manera más  extraña  que te puedes imaginar, con gestos ridículos y divertidos.
 Hemos cambiado nuestra mentalidad a la hora de analizar las fotos, las vemos con más naturalidad. Ya no decimos “patata”, que sale el pajarito, ni ladra el perro al verse sorprendido por el flash.
No obstante ante la cámara seguimos teniendo respeto.
Antes los toros embestían a la cámara, hoy vemos en los reportajes que cuando ven su objetivo se inquietan, dan un paso atrás, y todavía no se atreven a husmearle y menos acariciarle. Le guardan respeto.
 Esperemos también que las personas sigamos siendo así,  aunque en ocasiones se rompa el protocolo de la foto ante gestos simpáticos y posturas divertidas.
 Sigamos guardando las mismas costumbres y formas,para que cuando pensemos  hacer una recopilación o álbum como este tan magnífico que con gran acierto nos presenta José Luis Puerto, para todos sus amigos y paisanos de La Alberca, se pueda manifestar, testificar y recrear el encanto de una entrañable época que junto a él hemos tenido la suerte de poder haber vivido.
 P.D: Que el libro ha tenido un extraordinario éxito, nos lo demuestra el hecho que nada más salir se acaparó en Las Alberca como si fueran rosquillas. Agradecemos a José Luis, a Jesús Pascual y a Marivi el interés que pusieron para que no nos faltara nuestro ejemplar y de nuevo decirle a José Luis Puerto que en La Alberca se está esperando ya, sus próximas y siempre inigualables publicaciones. Todos sabemos que con la pluma es un lujo de gran escritor y del que podemos presumir sus paisanos con mucho orgullo.

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