UNA DE HISTORIAS, RELATOS Y TIEMPOS
PASADOS
--LA CALLE DEL GENERAL QUEIPO DE LLANO--
-¡Toma amigo! Aquí me cojo la palabra,
que las imágenes son pocas y las reflexiones ¡puede! que muchas-Aunque haya
tratado este tema en “Mi calle” merece aclarar este tema más.
Nada más entrar en La Alberca, pasando
la finca del señor Güina que en gran parte estaba a la izquierda, empezaba esa
calle. ¿Te suena raro, verdad? Pues sin hache intercalada, así comenzaba el
nombre de esta famosa calle. ¡Qué no, que no ha desaparecido…Allí sigue! ¿Qué
no la ves? Pues sigue leyendo
Yo de pequeño pensaba que había sido un
error ortográfico y se habían olvidado de la hache, o que a lo mejor “hipo” la
hubiera perdido para que el nombre cupiera bien en el rótulo. Con el tiempo me
enteré que fue un general de los
golpistas de la guerra civil y ahora me lo confirma Wikipedia que no se llevaba muy bien con Franco y que a éste
le llamaba “Paca la Culona”. Como la calle es llana y larga, no me extrañaba
que al que más o al que menos, le diera al tenerla que pasar varias veces al día un poquillo de hipo.
Pues bien, en esa calle nací yo, es decir, “albercano, cochino y
marrano” como se decía y no nos producía el más mínimo bullying como sucede hoy
en día, ni acoso, ni intimidación, ni derribo. Claro que si alguien nos hubiera
llamado “queipollaneros”… ¿nos hubiera ofendido? ¡Qué va hombre, pasábamos de
esas cosas! Sólo nos peleábamos con los de la Barrera y no por estas cosas sino
porque aún no se había inventado el fútbol.
Y en esa calle vivía o vivió el señor
Antolín,Clemente, la señora Claudia,Santiaga, Vicente, Benito, Pedrito, Fausti,
Juanito, Kisko, Zacarías, José, La Lole, la Juani, Gerardo, Minuto, Mingo, La
Ulle y la Rita; José Antonio, Lucas, La Basi, Puri, Pedro, Petra, Lucía, la
Sunti; Juanito y Poli; Navarro, Santiaguito, Antonio, el Padre Cosme, José
María,…
Era una calle con solera, tenía la
herrería del señor Antolín, luego Vicente; un alcalde el Señor Román; antes
otro gran alcalde el señor Juanela; un médico Don Luciano; una curandera la
señora Antonia; una buena bailarina la Ramoni;un empresario ,Adrián el Rojo y la
señora Ignacia con Juli; un zapatero
Martín hermano de Dorita; un hilandero el padre de Socorro; una maestra Doña
Rita; Doña Lucía y Fabi; otra de verano Doña Ángela de Ciudad Rodrigo; un juez
de paz el señor Clemente y la señora Araceli.
Buenas personas como la Chata, la señora
Tomasa, Metri, Doña Adelaida, Don Teodoro, Fabi, la señora Jesús, la Tía
Claudia; todas las del rincón con la Maina; la señora Josefa, la Benita, la
señora Ángela, la Fausti, el señor Tacha, Isidoro, Fabi, el señor Manoli, Isac,
Clemente; el señor Cacharro; Cananeo y la señora Josefa; el señor Chagal, las
del otro rincón con la Cantora y la Minica, etc,etc.
¡Has visto como la calle Queipo de Llano
era una buena calle!
Extrañaba la denominación franquista.
Pero lo más curioso y te vas a enterar ya al final de lo principal que todo el
mundo la llamábamos y la seguimos llamando de esta forma: ¡Ahí va la sorpresa!-à la calle El Tablao, dicen
porque hubo un “tablado” por allí, pero eso yo ya no te lo puedo explicar. ¡¡¡LA
CALLE EL TABLAO!!!
¡Qué grande! ¡Qué hermosa! ¡Qué típica!
Se tendría que haber llamado la Albercanísima.
¡Claro que nos hubiera costado más hoy cambiar la placa! En los años
sesenta quienes más destacaban eran el señor Adrián el Rojo y el señor Román
Romanones, con sus indumentarias albercanas fueron los dos últimos que nunca
abandonaron su forma de vestir, tenían locos a los turistas y para los del
pueblo un orgullo verlos así siempre vestidos.
Sucedía lo mismo con el Barrionuevo que se
llamaba Joaquín Pérez Villanueva; menos
la fuente, que era la fuente del Barrionuevo.
En cuanto a la escuela, te diré que fue
una buenísima obra, de piedras de granito y excelente orientación que apenas
necesitaba calefacción, fue obra de don Filiberto
Villalobos y si no llevó su nombre cerca anduvo por allí tal rótulo. Don Fili,
fue un excelente médico salmantino muy preocupado por lo social y dos veces ministro de Instrucción Pública. El
edificio albercano sirve de muestra, igualitas que las de hoy ¿verdad? Que a la
primera bocanada de aire ya está el
techo dando vueltas por los Machiales
¡digo!
P.D Después de haber escrito lo
anterior, me llama la atención que en el callejero de internet ponga El Tablado
y en de una tienda el nombre arriba indicado, con que el artículo ¿pierde
novedad?.
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