VIAJES EN EL TIEMPO / LA MIRADA DE
JUÍTAS
Si, amigo lector, eres una de esas
personas que te gusta viajar; haces ciento cincuenta fotografías de las calles
de La Alberca, cincuenta de la iglesia, sesenta de una procesión que acaba de
pasar. Y te vas –así ya por las buenas- sin haberte tomado una caña donde el Porru o un café en el bar de Marcial,
pongamos por ejemplo. Y además: hablar un rato con las vecinas que están
sentadas a la puerta de su casa, degustar un cachito de turrón de las vendedoras de la plaza, de los
turruletes de Mary Luz, de las obleas de Santiago,… embutidos jamones y chorizos de sus buenos comerciantes,…
Te vas a llevar una idea bastante
superficial de nuestra localidad. Ahora, si eres una persona con inquietudes y
quieres conocer el Museo de Satur y el
vivo arquitectónico de sus
calles con sus casonas y rincones medievales;
el singular modo de vida que muestran aún algunas de sus grandes casonas de tres pisos;
la devoción a las Ánimas Benditas con su campanilla del atardecer; los nuevos
embalses de sus ríos-¿?- las cantarinas fuentes callejeras o el apartamento del
Sayón que sólo va un día al templo parroquial. Y sabes ya quien es Don Lorenzo, la visita a su apartamento es
gratis y muy provechosa Y si has
disfrutado con alguna de sus tradiciones de ese momento. Te vas a ir
confortable y confortado. Y volverás en la primera ocasión que vuelvas a tener.
LA MIRADA DE JUÍTAS
Una leyenda popular no es un bulo, ni
una hipérbole, ni un cuento en el que se aparezcan niñas en las curvas. Una leyenda
urbana es algo real que yo me la sé,
porque me la contó un amigo, a ese se la contó otro, y al otro, otro; que con
el tiempo se fue creando una cadena de hechos y realidades que se pueden comprobar. No es un comecocos,
ni se trata de meter miedo como pudiera ser con la llegada del tío Del´Unto.
La mirada de Juítas es una realidad que
se ha comprobado con el tiempo y existe.
Para eso tienes que estar un jueves y
viernes santo en La Alberca y seguir los pasos y vicisitudes del mismo. La
costumbre del cigarrillo ya pasó, por los efectos perniciosos que se conocen ya
del mismo.
La leyenda más o menos se relata así:
Si Juítas mira para Leras ese año será
provechoso para las cosechas de esa parte del pueblo. Si mira para el Hoyo los
acontecimientos del año serán diferentes que si mira
por ejemplo para el complejo de los
Templarios. En los años sesenta miró para Suiza, Francia, Alemania, por lo
tanto tendremos que estar atentos en esta próxima Semana Santa hacia donde
dirige su mirada, se espera que lo haga al caudal más próximo de sus ríos pues
Juítas es conocedor de la problemática veraniega de sus fuentes y tomas.
LOS GORROS DE JUÍTAS
El señor Chagal, como popularmente se
conocía al abuelo de Lucas, cuidó
durante muchos años a este personaje tan pintoresco y agorero que tira de una soga que conduce al Nazareno y que llaman en La Alberca Judas Iscariote, “el
granaíno” o Don Lorenzo. Pero no solamente lo cuidaba, sino que cuando Juítas
iba a salir de su casa a la iglesia lo hacía con una especial ceremonia, invitando en el momento de la salida a los
asistentes a unos tragos de vino y unos dulces especiales, especie de turruletes
muy albercanos y que los llamaban “los
gorros de Juítas”. Vamos a ver si algún nuevo emprendedor los reinventa y
podemos volver a ver junto a las obleas, tan típicas y tradicionales y la
estupenda costumbre del “despegar los bizcochos”
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