EL TÍO IGNACIO
No fue un hombre de palacio.
El guía de Don Mauricio.
Allá donde hubiera espacio
Y entregado a su servicio.
Hurdanófilo de inicio
Y nunca a la trocha reacio.
Mostrando el mismo cariz
Que impulsó la Tía Triz.
El ver las cosas despacio.
¡Ahí le ves!. Con él congracio.
Por ese porte albercano
Tan noble, leal y llano.
Fiel servidor, el Tío Ignacio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario