PAREDONES
- A la imagen siempre le queda la palabra-
Cuando llegas a un sitio que te acerca a
tu lugar de nacimiento. Siempre queda un algo, aunque hayan pasado ya algunos
años que enseguida te recuerda la distinción del lugar. El aire fresquito nada
más pasar el Puente Francia. La silueta rocosa y siempre esbelta del enorme "peñascón" de la Peña de Francia.
Y ya acercándote a la Ermita de San
Antonio algún paredón que todavía queda
y que subías cuando niño como atrevida pendiente. Y se verá un caballo que te
mira y quiere reconocerte espantando las moscas que le molestan y unas zarzas
que ya no tienen moras pero que si pasas un poco más de lo debido te pinchan,
te recuerdan que estás en una finca particular. Aunque más abajo pase el río y el
comunal camino lo haya borrado el
tiempo…
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