sábado, 18 de agosto de 2018

HISTORIAS PARA DESPUÉS DE LAS FIESTAS DE AGOSTO-- CON CUENTOS QUE TE CUENTAN.


















HISTORIAS PARA DESPUÉS DE LAS FIESTAS DE AGOSTO--
CON CUENTOS QUE TE CUENTAN.
Y cuentas. Porque el caso curioso es… de aquel famoso toro que se escapó y que decían que los de La Alberca habían espantado a los de la capea del toro del Soto.
¿Qué había sucedido? Había personas que decían que después de espantarse hubo algunos  mozos caritativos que se lo llevaron a la cuadra de Pichuliqui y allí lo tuvieron hasta que vinieron a recogerlo en un camión. Otros relatan que el toro anduvo suelto por el monte más de tres meses, escondido entre la frondosidad oscura de los  grandísimos nogales y castaños de la década de finales de los cincuenta.
“¿Has oído, ese pisar de  las hojas? …A mi me parece un tanto extraño…?”
Decían que así llegaba y se aparecía hasta al más pintado. “La carrerilla que te dabas, no parabas hasta llegar al Barrionuevo”
“¡El toro!, que se m´aparecío el toro del Soto.” La señal de los dedos retorcidos en la frente, era suficiente para pasar de la tomadura de pelo a calificar al recién llegado. Basta verle la parte de atrás de sus pantalones para calificar el acto.
Sin duda alguna que el animalillo ya habrá desaparecido. Pero…¿Por qué tanto miedo y precaución?  Hay quienes no pasan de San Antonio para adelante si no van acompañadas, o con el palo correspondiente.
Será porque queda un algo, nos dicen ciertas personas, que cuando van solas por el Ortigal les entra una pequeña sensacioncilla de carne de gallina.
El fenómeno es para analizarlo, sobre todo en estos días que se hacen comidas y reuniones, por parte de los de fuera del pueblo que pueden acudir. Y gustan de escuchar y relatar casos curiosos de juventud.
Habrá quien sabrá más de esta historia y se la calla, esperemos que no sea así y nos aporten un algo más provechoso que una simple noticia sensacionalista para aumentar los seguidores de esas redes sociales que solo buscan engancharte como cliente.
Nosotros recogemos y entregamos a nuestros seguidores sin publicidad, ni ningún tipo de aportación, simplemente con el placer de vivir y recordar nuestras propias vivencias.
Y cuando hemos podido ir a las Casitas del Huerto de Juana, más de una vez le hemos dicho a la mujer: “¿Has oído? ¿No será el toro del Soto que se escapó? A ella no le da canguelo porque si hubiera nacido en la calle del Tablado como yo, ya te diría yo a ti, moreno o morena que me lees. Eso sí, cuando ladraban los perros de Telesforo, por la noche es que algo raro escuchaban…



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