miércoles, 15 de agosto de 2018

IR A BUSCAR EL TORO. INQUIETUD Y MIEDO EN LA ALBERCA.
















IR A BUSCAR EL TORO. INQUIETUD
Y MIEDO EN LA ALBERCA.

Todavía se habla y recuerda en La Alberca de ir a buscar al toro a la vieja usanza.
El Día´agosto, después del ofertorio había que ir a la puerta de la casa a arreglar las caballerías y ponerse de guapo. La cita de salida iba a ser a la salida del pueblo, en la placita de la sierra del Tío Calentino. Montados en las caballerías correspondientes para ir a San Martín o  hacia Tamames y encontrarse por el camino con la capea que traía al toro para el pueblo. La expectación era máxima y desde ese momento recorría por el pueblo todo tipo de desmentidos que provocaban inquietud, angustia, miedo.
¡Ya verás cómo se escape el toro!- la gente nos decía .
Grupos de muchachos “se arrejuntaban” para ir hasta el Prado de la Carrera. Pero llegando a la Casa de Capi y escuchar ladrar un perro ya era el motivo de vuelta. Los perros es que lo huelen ¡Vámonos corriendo! Bueno pero “esperai en el Alto del Arrol´Huevo”.
Sabéis que dicen que se ha “escapao” el toro. Todos para Las Eras, “pal ´Huerto el Pendón” que allí los castaños son muy altos. Algo tenía de mito ese noble animal capaz de dar un susto al más pintado y aparecerse en los lugares más insólitos.
“¡Qué ya ha pasado!-bajaivos de ahí”! Pero como va haber pasado si nadie lo ha visto”.
-¡Que viene! ¡Qué viene! Y toda una bandada de niños corriendo para subirse en lo alto de la pared del Huerto del Tío Güina.
Los franceses no se bajaban del autocar; Vicente, el herrero, cerraba las puertas de la fragua; Marcos entornaba la media puerta del  “Na N´Ay Club” y había que echar una media copita de aguardiente “pa´echá való”,…
Y los niños sembrando pánico, risas y carcajadas de miedo corrían de un lado a otro del pueblo; porque tú es que te cagabas, no vengas ahora haciéndote el valiente…
¡Que viene! ¡Qué viene! ¿Qué viene el toro!
 Y el cencerro de grandes dimensiones y atronador badajo ¿Quién lo llevaba? Alvaro, Benigno, el Boni,…¡Por qué siempre echarle la culpa a los mismos! Si el toro es verdad que andaba suelto y se aparecía a la gente.
Bueno , déjate ya de historias tontas. Vamos, por si acaso a meternos en la cuadra del Tío Tacha que es grande y desde allí se ve venir muy bien…

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