miércoles, 22 de enero de 2020

LAS PENAS DE LA PUEBLA VACIADA























                    


               
  
                            LAS PENAS DE LA PUEBLA VACIADA
¡Qué pena que tengan que exhibir…! Castillos. Palacios. Calles. Rincones. Plazas.,…
Totalmente vacías. Sin gallinas, vacas, caballos. Hombres montados en su burrito con la azada a la espalda y el perrillo que inquieta las patas de la yegua,… El mulo solía responder.
¡Qué pena de esas fotos que muestran tristes caserones que no tienen ropa que secar!
Calles vacías. Tejados sin un resquicio de humo. Rincones sin niños, ni siquiera la pelota perdida; ni el gato que huye de la cámara; o la persona mayor que va desarreglada al  comercio y que pilla in “al vis” el atrevido fotógrafo.
Los de la ciudad no comprenden nada. Ni siquiera que la foto que hacen es pura concesión de la máquina, para que luego presuman del dedo, del singular toque, de la inclinación del hombro; el objetivo es lo de menos. El retoque como niños de colegio, coloreando puertas y ventanas desdice lo natural. Y después ponen “bonito”, como si La Alberca fuera un pueblo de la serranía de Cádiz, olvidando el término “medieval”, “legendario”,interesante,…

Quienes tengan pluma, ideas provechosas o eficaces soluciones, que acudan a estos pueblecitos o manden a la oficina de la gran ciudad sus proyectos de vitalidad, habitabilidad  y mejoras que urgen solucionar los problemas de las pueblas vaciadas.



































































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