LA ALBERCA
ESCENARIO
PERFECTO PARA UNA
FELIZ NAVIDAD
Ha sido una
marca comercial que se ha fijado en nuestro pueblo. Buen sabor es el que
ofrece. Y buscando otro sabor de pueblo con aspecto, garra y vida medieval, una
avalancha de fotos ha proclamado a La Alberca.
En la presentación
de la luminosidad el marco que se ha buscado es único, con su crucero, fuente,
escalinata, teatro, ayuntamiento, soportales,… y con su destacado rectángulo de
edificios, con el mismo aspecto de siempre, de pueblo medieval.
Todo el conjunto
perfectamente iluminado y con una nota tradicional muy albercana de estampido de
“cubetes” de artificio de colores que, ahora sí que es verdad, se vieron y
oyeron por los lugares más lejanos que pueda alcanzar la televisión.
Es sin duda un
sueño de luces que caen y se deslizan, unas por balcones y ventanas, otras a lo
largo de sus fachadas que bajan casi a tocar el suelo.
El sueño será efímero,
pero quedará en el recuerdo de los niños albercanos que podrán decir algún día:
¿Te acuerdas de aquellas Navidades que iluminaron toda la plaza y calles colindantes?
No me digas: ¡Con lo que dice en nuestro pueblo lo claro-oscuro
de la noche, con
el toque de la campanina y las mujeres arrebujadas en sus largos mantones negros
y el farolillo de colores para no tropezar por sus calles,…
Tú, no has salido
de nuestros tiempos; lo de hoy ha sido diferente, mira las imágenes
Que a continuación
te pongo quedarás embobado, “apalominado, embatuecado, albercanizado” hasta la
médula de los pies de la Peña de Francia.
-¡Digo!-
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