CAMPO
ABIERTO
-ÍBAMOS
A TIRAR PIEDRAS
AL
CAMPO.
A
la orilla de los ríos, a espacios vacíos de los caminos, al cartel de la junta de las
dos carreteras. Y si éramos devotos al montículo de la entrada de Majadas –pero cada piedra te
costaba una oración-..
Yo
creo que los niños de hoy, son iguales que los de ayer, de los de siempre.
Quizás a los niños de las ciudades les falte el medio, el campo, la montañas.
Cuando van a La Alberca seguro que les gusta lo mismo que a todos: tirar
piedras. En el campo hay lugares seguros, en la ciudad no.
Basta
que se tenga un espacio libre, sin personas o animales. A nuestro amigo el
árbol no le importa recibir una pedrada. Si la esquiva mejor para ti y para él.
Aparece
el lugar vacío, la competencia ( “Yo he llegado más lejos que tú…”).
Y
si se tiene un trapo viejo, se estruja bien, se pisa, se aprieta,.. Ya tienes
la pelota y entre dos piedras, la portería. Nace la nueva distracción, el
regate, el chupinazo y el gritar goool, con todas tus fuerzas.
¡Qué
barato, ilustrativo y sano ha sido poder estar en La Alberca en sus campos abiertos! ¡Y…poder tirar piedras! A los
pájaros no, que vuelan…
Pst.Dat.
Por cierto, en el Portillo, si coges dos chinos blancos y los cascas uno contra
otro, verás que así nace la luz; mejor en un lugar oscuro.
RESPETA
LOS PAJARITOS, QUE SE COMEN
LOS BICHITOS
Pajarito
que cantas
En
la Laguna
-de
San Marcos-.
No
despiertes, a esa luna
Que
se ve en el charco.
¡A la rana espantas!
Las
ruinas, el arco,
La
arboleda,…Su fragancia…
Al
cielo azul que veo
Y llega hasta “la de Francia”.
Redondea
a la del Huevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario