SORPRESAS DE BATUECAS
- LOS TRONCOCERATOS --
--¡Tiembla después de haber leído!--
Que en Batuecas las continuas sorpresas y las intensas sensaciones surgen a cada instante ya lo hemos visto tratando el imaginario caso de los Saposaurios.
Pero allí también podrás encontrar otro tipo de extraños seres prehistóricos e interesantes vita-visiones surrealistas.
No se te ocurra llamar a la puerta del convento para tener información de este tema pues al ser los frailes de vida contemplativa no creemos que traspasen información de sus conocimientos con cualquier pasajero visitante.
Carteles hay que dicen que no hay nada de interés en el Monasterio que pueda verse, por lo que ocultan -son muy pillines- que hay mucho que sentir ( y ya sólo con esto si merece que abran un poco más de cara a los visitantes, pues también el sentimiento de ellos debe de contar y Batuecas es un Paraíso celestial en la tierra).
Los troncoceratos ( para algunos la letra ce es una ese y dicen que el vocablo es una deformación lingüística de “ser altos”, por eso de que son tan altos como una cancha de baloncesto) viven siempre al aire libre y Dios nos libre de ellos cuando mudan su estado y dejan de camuflarse.
En el interior de la boca tienen varias hileras de dientes, trituran bichitos hasta convertirlos en una pulpa viscosa, aunque se alimentan principalmente por las raíces.
El macho es achatado con grandes ojos. Su piel es como musgosa, cuello largo.
De su cabeza salen dos cuernos-ramas de grandes dimensiones.
La hembra que ves en la fotografía tiene un hocico bastante ostensible y sus correspondientes cuernos-ramas.
Ante la presencia humana se camuflan con bastante precisión y piensas que es, lo que luego no son.
No debes tocarlos porque te pueden traspasar cascarillas y bichitos y si se enfadan el mordisco lo transforman en un desagradable “ramazo”.
Se mueven hacia arriba, tienen atracción celestial.
Así son los troncoceratos de Batuecas.
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