ENCUENTROS CON LOS SETENTA -CARNE DE TORO-

ENCUENTROS CON LOS SETENTA

-CARNE DE TORO-

Parece el título de una película y es sencillamente el final de unas emocionantes fiestas de los años setenta que nos llega al día.

La Loa es la tradición, el motivo del inicio; “el esquilón” la anunciación popular que unos cuantos entienden y se lo transmiten a todo el pueblo. Las obras teatrales han sido todo un éxito; unos estrenando tablas, otros confirmando su famosa categoría.

Espadas, bandoleros, desafíos, emocionantes amoríos, final feliz o tristón,… Así año tras año se va dando de todo.

El telón quizás ya no lo queme el fogonazo de la serpiente, será más suave su carga pese a que a los Tiburcinos les guste que sea fuertemente “sonado”. Pero la profundidad del verso no cambia, ni la pasión, ni el arrebato y el Solano se estremecerá por el vozarrón de los artistas locales.

Y ahora ¿Qué mejor final de fiesta que salir un día al campo? Benito anima al personal. Vicente con acento albercano-andaluz brinda. Pedro se emociona y repite los versos de la Loa: “Y vosotros albercanos / Que a la Asunción hacéis fiesta”….-Y a coro todos los asistentes le responden- “Nunca dejéis de alabarla/ Que Dios con su Providencia/ Os colmará/ de virtudes / Y de abundante cosecha”.Risas, aplausos y diversión.

La bocanada de humo anima al momento, enciende pasiones.

Y…¡hay que mirar sus caras de satisfacción!... de unos jóvenes que no cobran miles de eurazos por “el pataleo de unos Butragueños”. Pero que se entusiasman por una cosa: el encuentro, la amistad, la reunión y….¡La carne de toro! Este siempre queda para el final y seguro que van a probarlo todos.

Una fiesta se hace con treinta y pico personas/ una canta /otra baila/ otra recita/ y otra, y otra, y otra,…Me olvidaba de los que dicen: ¡Mucho! ¡Cartucho! ¡Benito! ¡Vicente! ¡Pedro! ¡Eduardo!.... Y tocan, y tocan las palmas.

¡Y cómo no! Se ve a Marcial, el mejor pastor de todas las épocas de la Loa.

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             Isibe lo transcribió- Las cosas de ISIDRO-